La presencia china en latinoamérica es cada vez mayor. Desde hace tiempo estamos siendo testigos de la cantidad de operaciones que China hace en la región. Se han firmado acuerdos de inversión y explotación con países productores de petróleo como Venezuela, México, Brasil, Colombia, Argentina, etcétera. Pero esas operaciones e incremento de las relaciones entre ambas economías ¿son a largo plazo tan positivas como pueden parecer en un corto plazo? China se acerca en busca de materias primas y no sólo las relacionadas con la energía y con la industria. No cabe duda de que el objetivo de China es convertirse en una gran industria manufacturera y para ello necesita recursos. A corto plazo, estas exportaciones de recursos están permitiendo a países como Brasil sortear la recesión económica mundial. China, por su parte, con grandes cantidades de dinero debido al continuo superávit comercial que mantiene con países como Estados Unidos, no tiene inconveniente en comprar recursos que pueda llevar a su territorio y así desarrollar una amplia industria manufacturera. Pensemos a futuro. Recursos como granos, cobre, soja, petróleo viajan en grandes cantidades a China, que los utiliza para convertirlos en productos terminados, con un valor tecnológico cada vez más alto y un costo bajo, lo que le permitirá venderlos posteriormente a precios muy competitivos. ¿Nos hemos preguntado dónde los venderá China? Sin duda alguna una importante cantidad de esos productos ya elaborados se venderán a países latinoamericanos. Esto es una llamada de atención a países hasta hoy suministradores de recursos a ese país, pues se trata de que China también invierta en infraestructura, industria, etcétera, que permita a la zona competir con productos de alto valor añadido. De no ser así la consecuencia puede ser que en unos años países como Brasil, México y Venezuela se encuentren exportando grano u otros recursos a China para importar después productos elaborados con un costo muy inferior respecto a un producto local. Latinoamerica debe adoptar estrategias de exportación de productos preferidos por el consumidor chino, que les haga incrementar sus ventas a ese país y por tanto equilibrar su balanza comercial. La fórmula de las joint ventures o alianzas entre empresas de ambos territorios permiten impulsar el comercio de ambos lados, apostar por la industria y llegar a conocer a un consumidor “poco conocido” en occidente. Solo una adecuada estrategia en estos momentos puede llevar a ambas economías a una cooperación a largo plazo.
Fuente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario