La ola de embargos iniciada en Estados Unidos no se detiene. Las entidades financieras de ese país continúan con su política de limpiar cuentas y balances de préstamos morosos. Después de haber recibido el sostén piadoso del Estado, son despiadados con sus victimas, digo, clientes. Así, durante julio los bancos confiscaron 92.858 casas de propietarios que dejaron de pagar sus cuotas hipotecarias. Esta cifra representa un alza del 9% frente a junio, y del 6% respecto de julio de 2009. La banca subsidiada y estafadora tomará el control de más de un millón de viviendas en 2010. ¿Donde ira a vivir esa gente?. Pues las reglas del capitalismo salvaje dice que en la calle. Salvaje con los débiles se entiende, no con los "bancos demasiado grandes para quebrar" que pagan sus deudas con dinero publico. Por su parte, el Gobierno estadounidense ya reconoció que había subestimado el número de posibles propietarios con dificultades para pagar sus hipotecas. Los estados más afectados son California, Florida, Illinois, Michigan y Arizona, donde se concentran más de la mitad de los embargos.
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