Estrategia de innovación

La capacidad para innovar es una habilidad que puede desarrollar cualquier sociedad para encarar los mayores desafíos, que incluyen educación, salud y seguridad nacional. Aquella sociedad que no lo hace pone toda su supervivencia en peligro. La Argentina debería convertirse en una nación que practique sistemáticamente la innovación. Sin embargo, este es un pais en el cual introducir un pequeño cambio en el ambito que sea es algo extraordinariamente dificil porque encuentran una cantidad infinita de travas. En la Argentina esta la cultura del “no innovar”, esta siempre funcionando la “maquina de impedir” innovaciones. Hay que revertir esto. Hay que empezar a invertir en capital humano, lo cual se refleja en la educación, en la capacidad para generar talento, en la capacidad para generar ideas y en la capacidad para investigar y desarrollar cosas nuevas. El último Foro Económico Mundial se nombró a Finlandia como la primer economía del mundo; y no es casualidad (sino causalidad) que sus alumnos secundarios salen primeros en comparaciones de desempeño académico. Tiene un ecosistema impresionantemente equilibrado entre jugadores públicos y privados en el esfuerzo innovador. El gobierno finlandés hace una inversión conciente en capital social mediante infraestructura educativa; profesores, maestros, planes de estudio y cosas este tipo. Los maestros ganan muy bien en Finlandia y merecen mucho respeto. Hay una gran competencia por cada cargo que queda vacante en la enseñanza. Pero esto no ocurre sólo con países pequeños. Entre los grandes está China. Beijing acaba de promulgar su onceavo plan quinquenal que pone la innovación como prioridad nacional. Allí ahora hay mucho dinero, y China produce más graduados de doctorados que Estados Unidos. Beijing ha reformulado la empresa académica y la empresa de investigación y desarrollo como elementos de la agenda nacional. Ha establecido objetivos científicos y técnicos muy ambiciosos, junto con cifras de productividad. Ellos tienen una visión nacional y planifican el futuro. La innovación tiene tres ingredientes - capital humano, generación de idea y financiamiento - cada uno de esos tres ingredientes está en estado de erosión en la Argentina. Tenemos que entender que éste no es simplemente un problema con un solo aspecto, como decir "nuestras escuelas no están bien" o "deberíamos invertir más en ciencia". La rama ejecutiva del gobierno debe adoptar la idea de que la educacion, la ciencia y la tecnología son muy importantes y que hay que invertir mucho dinero durante muchos años en forma conjunta y articulada en esos campos. El resultado final solo puede depender de la cooperación entre los sectores público y privado, la participación de emprendedores y políticos, y esfuerzos de abajo arriba y de arriba abajo.

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