miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ahora, la Universidad

En el pasado, las universidades funcionaban generando conocimiento y transfiriendo conocimiento al exterior, pero ahora la universidades tienen que estar en un proceso de retroalimentación continua y de comunicación continua. Se necesitan conocimientos para poder avanzar. El motor que empuja el desarrollo económico son los descubrimientos científicos que se traducen en innovaciones tecnológicas que a su vez promueven el empleo de calidad, bien compensado y que sirve para renovar la competitividad. A nivel internacional existe un consenso sobre la importancia estratégica de la educación y, de manera particular, de la educación superior universitaria en el desarrollo de la capacidad competitiva de un país. En cuanto más pequeño y vulnerable es un país más importante es que cuente con instituciones de educación superior que tengan la capacidad de reflexionar de manera sistemática sobre su realidad y de, a partir de esa reflexión, elaborar conocimientos que le sirvan a quienes tienen la responsabilidad de diseñar y poner en ejecución políticas públicas para formular las mismas ancladas en conocimientos objetivos de la realidad y no en simples deseos o en conocimientos intuitivos carentes de solidez científica. La complejidad del mundo moderno demanda de quienes asumen la responsabilidad de dirigir la cosa pública que lo hagan a partir de conocimientos actualizados y avanzados de la realidad. Este conocimiento no es el fruto de la inspiración, es el resultado del trabajo continuo y laborioso de equipos interdisciplinarios que de manera metódica, permanente y dedicada asumen, como trabajo cotidiano, la tarea de construir y hacer avanzar el conocimiento que se tiene de la realidad que nos rodea. La universidad, desde sus orígenes, se definió como una institución comprometida con este objetivo. Una docencia sin el apoyo de la investigación no tiene la capacidad de adaptación e innovación que hoy demanda una sociedad en permanente cambio. Es hora de que nuestras universidades asuman la función de producir conocimiento. Es hora de que la Universidad se transforme en la mayor receptora de los fondos publico, tal como sucede en Irlanda. Es hora de equipar las universidades con todos los recursos disponibles y necesarios para que hagan investigacion.

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