lunes, 25 de septiembre de 2006

¿Cómo se financia la ciencia?

A partir de la Segunda Guerra Mundial la investigación científica y tecnológica sufrió un cambio sustancial cuando los Gobiernos de los países más avanzados adoptaron una política de intervención activa en su financiamiento masivo en áreas estratégicas. Esto se llevó a cabo principalmente a través de la creación de instituciones nacionales dedicadas a la investigación fuera del ámbito universitario. El caso pionero fue el de la Atomic Energy Commission de EEUU que financió una red de laboratorios nacionales de gran envergadura, empleando centenares de científicos y construyendo instalaciones monumentales, en una escala nunca antes vista en los claustros universitarios de la ciencia tradicional. Estas instituciones fueron creadas para abordar problemas específicos y reciben fondos públicos para cumplir con objetivos que fija el Gobierno. Pocos años después, con la creación de la National Science Foundation en 1950, aparece otro mecanismo para financiar Ciencia. En éste los fondos públicos son destinados a apoyar grupos de investigación (en lugar de instituciones) capaces de proponer buenas ideas. Este segundo mecanismo funciona a través de concursos públicos de propuestas que son financiadas mediante subsidios. La iniciativa acerca de qué hacer reside en los propios científicos, que compiten por los fondos, más que en los administradores de las instituciones científicas. Si está bien organizado (con un buen sistema de evaluación de proyectos), este mecanismo tiene la virtud de garantizar la calidad de lo que se financia y de fomentar la creatividad de los propios actores del sistema, y ha mostrado ser muy eficiente para alimentar sistemas sanos y robustos de ciencia y tecnología. Esto ha dado lugar a la creación de "research councils" en la mayoría de los países con cierto grado de desarrollo. En la Argentina, por iniciativa de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, se creó en 1958 el CONICET. Su función principal, aunque no única, fue la de otorgar subsidios a los investigadores capaces de formular buenos proyectos con independencia de la institución en donde realizaran su trabajo. Con los años los "research councils" de varios países (Canadá, España, Reino Unido, Francia, Argentina y otros), con algunas excepciones (caso de la National Science Foundation), extendieron sus funciones para incluir la creación y sostenimiento de centros e institutos de investigación. Al asumir esta doble responsabilidad de otorgar subsidios a investigadores buenos sin importar su afiliación y a la vez administrar institutos se crea una obvia situación de "conflicto de intereses" pues una responsabilidad se opone a la otra. Por eso es que en varios de los países mencionados se han vuelto a recrear "research councils" cuya única responsabilidad es la de "promoción", o sea el mecanismo de otorgar subsidios, separada de la de "ejecutar". La creación de una Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica en la Argentina obedece a la conveniencia de contar con un organismo exclusivamente dedicado a la promoción de proyectos, sin instituciones propias para evitar conflictos de intereses, apta para subsidiar proyectos de calidad en condiciones de plena equidad respecto de todos los grupos de investigación del país con independencia de la institución a la que pertenecen.

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