domingo, 5 de marzo de 2006

Japón vuelve

El espectacular desarrollo económico chino de las últimas tres décadas ha sorprendido a la mayoría de los analistas. Lo mismo había sucedido en las tres décadas anteriores con el llamado "milagro" económico japonés que llevó a una sorprendente transformación económica y social de este país. Este éxito se detuvo bruscamente en 1989 y la economía japonesa se estancó durante casi tres lustros. Diversos datos confirman que la inversión y al consumo están mejorando a tal punto que los analistas se preguntarse si no estamos en los inicios de un nuevo florecimiento de la economía de ese país. Japón inició su espectacular crecimiento económico en 1955 y duplicó el tamaño de su economía, de sus exportaciones y su participación en el comercio mundial EN SÓLO ONCE AÑOS. Durante los siguientes veinte años el vigoroso crecimiento económico permitió una nueva duplicación del tamaño de su economía llegando a representar casi el quince por ciento del PIB mundial medido en dólares. El crecimiento de sus transacciones internacionales fue aún mayor, llegando las exportaciones japonesas a representar casi el ocho por ciento del total del comercio mundial. En comparación, China inició su desarrollo en 1979, duplicó el tamaño de su economía también en sólo once años y creció aún más fuerte en los siguientes 15 años. El crecimiento de sus exportaciones durante los primeros años fue muy inferior al del Japón, pero se cuadruplicó durante los siguientes quince años, superando ampliamente el desempeño del Japón. El "milagro" japonés se detuvo bruscamente en 1989 cuando los países desarrollados decidieron detener una incipiente inflación restringiendo en forma colectiva sus demandas agregadas. En esos momentos Japón registraba un superávit tanto en sus cuentas públicas como en sus cuentas externas. La decisión de acompañar las políticas de los demás países industrializados fue claramente errónea. Los resultados para Japón fueron catastróficos. EL INCREMENTO EN LAS TASAS DE INTERÉS DETUVO EL CRECIMIENTO ECONÓMICO, se desplomó la Bolsa de Valores, cayeron los precios de las propiedades y Japón entró en una recesión (acompañada por deflación) de la que recién ahora parecería estar recuperándose. El crecimiento acumulado del PIB entre 1990 y 2004 fue de sólo el 10 %, valores muy inferiores al de la mayoría de los países, incluyendo la Argentina. Los intentos para reflotar la economía japonesa fueron infructuosos. Por consejo de los neoliberales practicaron una reducción de impuestos para impulsar la demanda interna. Los ponjas pagaron menos impuestos, pero lo que no le entregaron al fisco lo depositaron en los bancos atraídos por las altas tasas de interes. Las inversiones que los neoliberales les pronosticaron no se produjeron. Entonces, la situación fiscal se deterioró rápidamente, pasando de un superávit equivalente al 3% del PIB a un déficit cercano al 10%. La caída del sistema financiero y del precio de las propiedades afectó la "riqueza" de las familias y las expectativas de sus ingresos futuros. La población entró en pánico y se volvió extremadamente conservadora en términos financieros. El estancamiento económico fue acompañado por una reducción de precios (deflación) y por un debilitamiento de la confianza con respecto al futuro económico del país. Estos datos pueden aparecer contradictorios cuando se los asocia con el hecho de que Japón tiene al mismo tiempo las reservas internacionales más elevadas del mundo (cerca de novecientos mil millones de dólares), pero esta aparente contradicción es el resultado de que los ingresos privados exceden a sus gastos en cerca de 13% del PIB (600 mil millones de dólares) por año. Esto se explica fácilmente por las altas tasas de interés: los japoneses preferían ahorrar a invertir. Mientras los japoneses ahorraban la economía languidecía, pero eso si, no tenían inflación, es mas, tenían lo inverso: los precios bajaban. Pero algo ha cambiado en la economía japonesa porque los inversores japoneses han comenzado a vender sus bonos extranjeros y a invertir en acciones en Japón. Lo mismo sucedió en 1999 con el resultado de un incremento en el precio de las acciones. Este fenómeno duró dieciocho meses y luego retornó el pesimismo. En esta oportunidad la mejora parece haberse extendido tanto a la inversión como al consumo. El PIB creció a una tasa superior al 2% durante los últimos dos años y algunos analistas consideran que la tasa de crecimiento en el Japón podría superar a la de los Estados Unidos. ¿Habrán vuelto a ser lo que eran?. Tal vez se dieron cuenta que nunca debieron abandonar su vieja política que fue imitada con tanto exito por todo el sudeste asiático y han vuelto a ella.

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