lunes, 13 de febrero de 2006

Como frenar la inflación sin frenar el crecimiento

Los economistas ortodoxos impermeables a la realidad dicen que para contener la inflación hay que hacer una cosa muy simple (las soluciones ortodoxas son todas simplistas): poner la tasa de interés en una vez y media la tasa de inflación y con eso se arregla. Pero lo más sensato es tratar de controlar la inflación protegiendo el crecimiento. El 10 por ciento de inflación no es un problema y el 12 por ciento tampoco. Deberíamos bajarla a 10 por ciento o a un dígito. No se puede aspirar a una inflación de 2 por ciento como tiene Europa, porque la economía está creciendo rápido y queremos mantener ese crecimiento. Dejar caer el tipo de cambio no sirve porque sería comprar la desaceleración de la inflación sacrificando un crecimiento que es crucial para resolver los problemas de empleo. Brasil lo hizo. Pasó de 3,20 a 2,19. Con eso bajó dos puntos la tasa de inflación, pero creció sólo al 2 por ciento. En el corto plazo es muy popular bajar el dólar. Todo el mundo se beneficia con la caída del dólar porque aumenta el poder adquisitivo de los salarios y baja la inflación, pero después vienen los problemas. Con un crecimiento rápido donde hay cuellos de botella de todo tipo, es lógico que haya cambios de precios relativos y eso tiende a ajustarse con inflación. No necesariamente es así en todas partes. China está creciendo hace muchos años a una tasa muy rápida y no tiene problemas de inflación, pero tiene un excedente de 300 millones de trabajadores que pasan del campo a la ciudad y mantiene bajo el nivel de salarios y de consumo, lo que actúa como ancla de una inflación baja. China invierte casi la mitad de lo que produce, de manera que el crecimiento chino esta basado en la acumulación de capital y en EL SACRIFICIO DEL CONSUMO. Aquí, en cambio, la demanda crece más que la economía. Habría que controlar la demanda, pero no TODA LA DEMANDA. La demanda tiene tres componentes: consumo, inversión y exportaciones. ¿Qué demanda hay que controlar?. Las exportaciones y la inversión deben crecer más que el producto. Las exportaciones, porque se necesita superávit comercial para sostener la política cambiaria y reducir la deuda externa, y por las virtudes que genera en términos de tecnología y competitividad. La inversión se necesita para sostener el crecimiento y mantener la productividad. Por lo tanto NI LA EXPORTACIÓN NI LA INVERSIÓN SE DEBEN FRENAR. Se debería DISMINUIR EL CONSUMO. Desde el punto de vista social, el consumo que se debe desacelerar es el de las clases medias para arriba. Hay que subirle el costo financiero al que toma crédito para el consumo. El Banco Central debe tomar medidas de regulación para incentivar el crédito para inversión y exportaciones pero PONERLE MAYORES CARGOS AL CRÉDITO PARA CONSUMO. La tasa activa de los créditos para consumo tiene que subir. Los créditos para inversión y para exportación deben mantenerse bajos.

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