miércoles, 7 de diciembre de 2005

¿Puede un demócrata ser neoliberal?

Al plantear la teoría la necesidad de la no intervención de esa tendencia egoísta, para no hacer entorpecer la actividad comercial, se declara el imperativo del respeto de los derechos económicos. Paradójicamente, es el estado el que interviene construyendo un marco legal que los protege de las coacciones e intervenciones externas… Quien diría: ¡todo depende del Estado!. Para el neoliberalismo el único medio válido de distribuir la riqueza es el derrame desde los ricos a los demás. Por tanto, al asumir ese principio se termina asumiendo también como obvia la necesidad de facilitar las actividades de los ricos, para que en su búsqueda individual y egoísta de lucro, creen puestos de trabajo y produzcan los bienes y servicios que requiere la sociedad. Al aceptar tales premisas para conseguir el bien común —que dan toda la iniciativa a los capitalistas y deja en obligada expectativa al resto— se hace necesaria una discriminación hiperpositiva a favor de los capitalistas y empresarios. Como decía Pinochet, (ese viejo corrupto que se había robado 50 millones de dólares y los tenia escondidos en el extranjero): hay que cuidar a los ricos. De ese modo, se establece un esquema que legitima la desigualdad de derechos. Así, por ejemplo, los ricos deben pagar la menor cantidad posible de impuestos y los empresarios no deben ser perjudicados con leyes laborales. Mientras, no se cuestiona que los ciudadanos comunes deban pagar sus impuestos o que casi no gocen de derechos laborales. El neoliberalismo es mucho mas radical que el viejo liberalismo. Este ultimo establecía privilegios para la pequeña y mediana burguesía; sin considerar al resto del pueblo en igualdad de condiciones políticas, sociales ni económicas. Pero el neoliberalismo radicalizó la exclusión al dejar fuera del sistema de privilegios a esos pequeños y medianos burgueses en favor de la gran empresa y sobre todo de las transnacionales. ¡Ni que hablar del resto de la población!. Con el pretexto de conseguir la justicia mediante una injusticia (nos dicen) momentánea, se ha creado una nueva clase aún más favorecida, menos numerosa y mucho más rica. De hecho, sea por falta de regulación o por explícita voluntad política del estado, se permite que los grandes agentes económicos interfieran los derechos económicos de los demás miembros de la sociedad y atenten contra el propio libre mercado al actuar desde su posición dominante como cárteles u oligopolios. ¡Se ha corrompido el principio de no intervención del mercado en nombre del libre mercado y asentado así la desigualdad extrema como norma!. Al comprender entonces que el neoliberalismo sobre privilegia descaradamente a un pequeño grupo implantando la extrema desigualdad social, política y económica ¿podría acaso un demócrata ser neoliberal?. Me temo que no.

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