sábado, 5 de noviembre de 2005

Lecciones coreanas

Los países en desarrollo, en su gran mayoría, han intentado industrializar sus economías, pero la mayor parte sólo ha logrado escasos progresos. La República de Corea, uno de los pocos que cuenta en su haber con considerables avances, ha pasado, a lo largo de los cuatro últimos decenios, de ser una economía de subsistencia agraria a convertirse en una economía recientemente industrializada. Las exportaciones pasaron de tan sólo 40 millones de dólares en 1962 a 143.000 millones de dólares en 1999. Así, a mediados del decenio de 1960, la República de Corea comenzó a exportar productos de uso intensivo de mano de obra. Diez años después, los astilleros, la industria siderúrgica, y los bienes de consumo electrónicos entraron en competencia con los de los proveedores establecidos de los países industriales avanzados. A mediados del decenio de 1980, los ordenadores, los chips de memoria, los conmutadores electrónicos, los automóviles, las plantas industriales y otros productos intensivos en tecnología se añadieron a la lista de las principales exportaciones coreanas. Corea hoy exporta productos de última generación tales como los productos multimedia, los televisores de alta resolución y los sistemas de telecomunicación celulares. ¿Cómo ha podido lograr Corea que en sólo cuatro decenios su capacidad tecnológica creciese de manera tan extraordinaria? ¿Cómo adquirieron las empresas coreanas la base de conocimientos existente para acelerar el aprendizaje tecnológico en esas industrias? Para Corea, los cuatro mecanismos más importantes de creación de conocimiento fueron la educación, la transferencia de tecnología extranjera, la creación deliberada de chaebols (grandes grupos industriales familiares) y la movilidad de personal técnico experimentado. El primero de ellos, la educación dirigida al desarrollo de los recursos humanos, constituyó uno de los esfuerzos más notables de la nación en aras de la industrialización. En los primeros años, EL RITMO DE EXPANSIÓN DE LA EDUCACIÓN DEJÓ ATRÁS AL PROGRESO ECONÓMICO, LO CUAL CREÓ UN GRAVE PROBLEMA DE DESEMPLEO PARA LOS QUE HABÍAN RECIBIDO UNA FORMACIÓN. Sin embargo, la formación de recursos humanos instruidos asentó una importante base tácita de conocimientos para el subsiguiente desarrollo de la economía, la cual absorbió rápidamente el excedente. En el decenio de 1960, el Gobierno coreano RESTRINGIÓ LA INVERSIÓN DIRECTA EXTRANJERA, promoviendo en su lugar la transferencia de tecnología por otros medios, tales como las importaciones de bienes de equipo. En consecuencia, y a diferencia de lo que sucedió en otros países en desarrollo, la inversión directa extranjera tuvo una repercusión mínima en la economía coreana. Esta política obligó a las empresas coreanas a mantener su independencia de gestión con respecto a las multinacionales extranjeras. Un buen ejemplo es Hyundai Motors. Esta política creó una crisis, obligando a las empresas coreanas a invertir de forma agresiva para acceder al aprendizaje tecnológico y, por consiguiente, acumularcapacidad tecnológica. A diferencia de las filiales extranjeras que pueden depender de sus casas matrices para la provisión de tecnología, las empresas coreanas independientes tuvieron que tomar iniciativas y desempeñar un papel central a fin de adquirir, asimilar y mejorar la tecnología extranjera. La obtención del conocimiento necesario suponía cada vez un coste mayor para las empresas coreanas. En 1967 un 96% de los científicos y un 87% de los ingenieros coreanos formados en el extranjero permanecían allí. Cuando en el decenio de 1970 la industrialización progresó rápidamente, el Gobierno coreano aplicó de manera sistemática medidas para repatriar a los científicos e ingenieros coreanos. El programa se convirtió en un modelo para el sector privado, el cual comenzó a llevar a cabo en el decenio de 1980 una política de contratación audaz de científicos e ingenieros de alto nivel. Estas personas desempeñaron un papel crucial en LOS INSTITUTOS PÚBLICOS DE INVESTIGACIÓN Y CENTROS DE I+D DE LAS EMPRESAS que estaban surgiendo. El gobierno empezó a exigir que las universidades formasen a científicos e ingenieros mejor preparados y con unas capacidades básicas más perfeccionadas que nunca. El Gobierno también, decidió fundar el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea , una institución para licenciados universitarios orientada hacia la investigación y especializada en ciencia e ingeniería. Dada la carencia de investigación universitaria, el Gobierno tomó la iniciativa de crear una serie de INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN por medio de la contratación de científicos e ingenieros de nacionalidad coreana formados en el extranjero. Esos establecimientos estaban orientados hacia la industria y tenían como finalidad atender a las necesidades crecientes del sector privado. Su trabajo se centraba en sectores tales como las sustancias químicas, la producción de maquinaria, la electrónica, las ciencias del mar, la normalización, la energía nuclear, la biotecnología, la ingeniería de sistemas y el aeroespacial. La competencia cada vez más feroz en industrias de un uso más intensivo de la tecnología y LA NEGATIVA DE LOS PAÍSES AVANZADOS A COMPARTIR LAS TECNOLOGÍAS PERFECCIONADAS, obligó a las empresas coreanas a intensificar sus esfuerzos de I+D y a aumentar el “aprendizaje mediante la investigación”. Por ejemplo, en el ámbito de los semiconductores, Samsung desarrolló los microprocesadores dinámicos de memoria de acceso aleatorio (DRAM) de 256 megabytes y 1 gigabyte antes de que lo hiciera el Japón. Las empresas coreanas se vieron obligadas a crear conocimiento. Con este fin se estimulo la investigación básica en las universidades, la investigación aplicada orientada a la consecución de un fin en los institutos públicos de investigación, las actividades de I+D por parte de las empresas, y la contratación de personal altamente cualificado del extranjero. A la vez que aumentó la inversión en la investigación universitaria, los institutos públicos de investigación desempeñaron un papel fundamental al desarrollar algunos de los resultados de investigación más importantes (tales como los microprocesadores de memoria DRAM de 4 megabytes, los conmutadores electrónicos y los sistemas de telefonía móvil de acceso múltiple por división de código (CDMA), LOS CUALES PASARON POSTERIORMENTE AL SECTOR PRIVADO. En 1992, el Gobierno emprendió el Proyecto Nacional de I+D Altamente Avanzado. La cantidad total que será invertida en investigación de manera conjunta por el Gobierno, las universidades y las empresas asciende a 5.700 millones de dólares, de los cuales aproximadamente la mitad procederán del sector privado. Ante las dificultades crecientes para la obtención de tecnología del extranjero y la importancia en aumento de la capacidad de innovación para sustentar la competitividad internacional de Corea en años recientes, el sector privado incrementó de formadrástica su inversión en I+D, 3.360 millones de dólares en 1990 a 7.520 millones de dólares en 1998.

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