domingo, 6 de noviembre de 2005

Corea y Argentina

La principal diferencia en las experiencias de desarrollo entre Corea y Argentina es que mientras el primero tuvo UN ESTADO FUERTE Y UNA ÉLITE DE GOBIERNO CON UN PROYECTO CLARO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN BASE AL DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO, nuestro país erró constantemente entre políticas desarrollistas y neoliberales de manera que el Estado no pudo planificar con visión de largo plazo una estrategia industrial, científica y tecnológica que sostuviera su desarrollo. Esta explicación es la que permitiría entender porqué la Argentina, que en 1950 era una país que en todos sus indicadores estaba por encima de Corea la situación hoy es exactamente la inversa. En la década de 1950, Corea era un país agrario de escasa relevancia internacional. Argentina, en cambio era el ejemplo de uno de los países con crecimiento más rápido en el mundo y tenía estándares de desarrollo muy similares a los países más ricos. Hoy, el cuadro se revirtió de manera espectacular. Corea tiene el producto bruto interno (PBI) número 11 en el mundo, es la sexta potencia industrial y tiene indicadores de desarrollo similares a los países más avanzados. Argentina a duras penas puede mantenerse en la categoría de los países en “vías de desarrollo". Pero, ¿qué fue lo que pasó en estos 50 años? Argentina siempre fue un país que alternó entre políticas neoliberales y heterodoxas. Corea, en cambio, aplicó de manera constante políticas industriales. En Corea el Gobierno persuadió al pueblo que lo siguiera en su objetivo de lograr el desarrollo a través de la industrialización para poder exportar, el gobierno en la Argentina hizo exactamente lo contrario: persuadió al pueblo que lo necesario era desindustrializar para fomentar las importaciones. Corea siguió una estricta política de desarrollo BASADA EN LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES pero siempre tuvo como horizonte el mercado internacional. En los ’70 se protegió la industria, pero el objetivo era producir para los mercados internacionales y no el local. En Corea se le metió la idea a la gente de que la meta industrializar para exportar, aquí fue al revés, había que desindustrializar e importar todo lo posible. Argentina, gracias a esta predica SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS POCOS CASOS EN EL MUNDO EN DESINDUSTRIALIZARSE. La clave del éxito de Corea está basada en la articulación entre estado, empresas y universidad. En Corea siempre están desarrollando proyectos en conjunto las empresas y las universidades. En Corea hay un énfasis importante en la ciencia aplicada, en Argentina ese énfasis brilla por su ausencia. En Corea, a diferencia de la Argentina, la industria y la ciencia fueron concebidas como una misma cosa y fueron un proyecto estratégico de estado. En Corea, a diferencia de aquí, la política de ciencia y tecnología siempre estuvo relacionada con las políticas de desarrollo industrial: EL ESTADO DESARROLLÓ LA TECNOLOGÍA INDUSTRIAL MEDIANTE INCENTIVOS A LA INDUSTRIA, Y LAS EMPRESAS SEGUÍAN LAS DIRECTIVAS DEL ESTADO. Corea invierte el 2,64% de su PBI en investigación y desarrollo. En la Argentina, en cambio, se invierte el 0,41% del PBI en I+D. Hay que aprender de Corea del Sur.

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