domingo, 6 de noviembre de 2005

Haciendo piruetas en el vacío

Es cierto que, aunque debilitándose, la expansión económica continúa todavía a buen tren -3,5% anual en el primer trimestre-. Pero la inflación viene irguiendo la cabeza impulsada por unos costos salariales y energéticos que van tomando fuerza. El comportamiento de la economía norteamericana tiene gran similitud con un espectáculo circense: el público (los mercados) contiene la respiración porque el trapecio (el ajuste de la economía) está demasiado lejos del acróbata lanzado al vacío y mira angustiado la red de seguridad (la continua disposición de China y otros países asiáticos para financiar esos déficit gemelos) porque teme que en algún momento la pueden retirar. Hasta ahora LA EXPANSIÓN DE LA ECONOMÍA SE BASA PRINCIPALMENTE EN EL GASTO DE LAS FAMILIAS EN CONSUMO Y ADQUISICIÓN DE VIVIENDAS a que han llevado unas condiciones financieras extremadamente favorables. Pero este factor de impulsión está condenado inexorablemente a agotarse antes de lo que se piensa pues SE APOYA EN UN CRECIENTE ENDEUDAMIENTO DE LAS FAMILIAS Y SU DEUDA, QUE YA ALCANZABA EL 125% DE SU RENTA DISPONIBLE, NO PUEDE SEGUIR AUMENTANDO MÁS QUE SUS INGRESOS. A este obstáculo al crecimiento hay que añadir otro que ya está dejando sentir sus efectos -la fuerte carestía del petróleo. Va a ser difícil aplicar la política económica que disipe estos negros nubarrones que oscurecen el horizonte de la economía norteamericana, corrija sus graves y crecientes desequilibrios básicos y consiga un aterrizaje suave para la misma. Mantener el actual endurecimiento gradual de la política monetaria para frenar el creciente aumento de precios y la burbuja inmobiliaria en ciernes plantea el primer problema. Se corre el riesgo de que un creciente servicio de la deuda ahogue financieramente unas familias altamente endeudas, lo que podría llevar no sólo a la contención del gasto del consumo sino también a la explosión de la burbuja inmobiliaria, con el consiguiente efecto nefasto sobre la economía. Queda como otro gran problema a resolver: el enorme déficit corriente exterior. Como no cabe esperar en el corto plazo un mayor ahorro proveniente de las familias ni del sector público, la solución tendrá que venir de una revaluación del yuan respecto al dólar que pide la Administración de EE UU. Sin embargo, así se corre el peligro de reducir una fuente importante de su déficit exterior, pues China ya no tendrá necesidad de comprar tantos bonos del tesoro para mantener la cotización del yuan fijada al dólar Si el apetito de los países asiáticos por los bonos norteamericanos decae, EL TIPO DE INTERÉS TENDRÁ QUE SUBIR DE FORMA APRECIABLE PARA HACERLOS MÁS ATRACTIVOS Y VUELVA ESE FLUJO DE FINANCIACIÓN. Huelga decir los efectos que esto puede acarrear para la expansión de esa “gran economía norteamericana”. El resto del mundo contempla fascinado los ejercicios de alta acrobacia de la economía yanqui, pero un error de cálculo en esos ejercicios puede llevarlos a la catástrofe. Mientras la Fed sube una y otra vez la tasa de interes...

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