domingo, 4 de septiembre de 2005

Todo mal

A mediados de los 70 la deuda argentina era relativamente baja. Los intereses que pagábamos en ese entonces eran inferiores al 10% , y el monto de la deuda era comparable al total de las exportaciones. Esta tendencia de bajo endeudamiento se rompe en el ’76, cuando se desregula el mercado financiero, se establece un gran diferencial entre la tasa de interés interno y la tasa de interés internacional estrategia que supuestamente era para atraer dinero de afuera. Hacia 1983, cuando termina esta política, la deuda era ya del orden de los 50 000 millones de dólares, representaba 5 veces el valor de las exportaciones y los intereses que se debían pagar eran prácticamente del 50% de lo que exportábamos. Desde entonces la deuda se mantiene en niveles altísimos. En cuanto al tema de la política cambiaria: en el ’76 se fijó con la famosa “tablita”, y durante la década pasada con la convertibilidad (1 peso = 1 dólar). Ambas implicaban un tipo de cambio sobrevaluado que encareció la producción argentina -por lo cual convenía importar-. La gente tuvo la ilusión de que tenía capacidad de compra en el exterior, pero en realidad eso se estaba financiando con un crecimiento de la deuda. Un tipo de cambio sobrevaluado y una apertura comercial que liberaba las importaciones fue una combinación que destruyó la capacidad competitiva del país. Como si esto fuera poco, esta el manejo de las inversiones extranjeras. Ustedes tienen el caso de algunos países de Asia -como Corea o Taiwan- que recibieron inversión extranjera, y con ello ampliaron su capacidad productiva. Aprovechando las redes de las filiales de las corporaciones en el mercado mundial, HICIERON QUE ESTAS SUBSIDIARIAS COMPRARAN SUS PRODUCTOS PARA ACTIVAR SU PROCESO ECONÓMICO; es decir, se incorporó la inversión de afuera trayendo tecnología, accediendo al mercado internacional, contribuyendo a fomentar el empleo y el desarrollo; acá –por supuesto- se hizo exactamente lo contrario. En Argentina ha prevalecido la creencia que somos un segmento del mercado mundial que no tiene posibilidad de trazar su propio camino, que tiene que elaborar políticas adaptativas y que necesita hacer “lo que le dicen”. Esto es los que nos enseñan tipejos como el Abogado del diablo, Bellus y Lawrence.¿Cómo salimos de la crisis? Recuperando capacidad de decisión. Argentina no es un país sin posibilidades, no es una hoja librada a los vientos cruzados de los intereses foráneos, es un país importante -el octavo país mas grande del mundo- autoabastecido de energía, de alimento, con una tradición cultural significativa. Tiene los medios, solo falta decisión para ser libres y hacer oídos sordos a estos traidores que siempre nos llevaron por el mal camino..

No hay comentarios.:

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...