domingo, 4 de septiembre de 2005

El Consenso de Washington

En 1989 en Washington D.C. se realizo un seminario donde se sistematizaron los fundamentos de las políticas neoliberales. Los trabajos presentados y el debate realizado se editaron en un libro conocido como “El Consenso de Washington”. ¿Qué se afirma y que se recomienda en esta obra?. Se afirma contundentemente que las crisis de América Latina se deben a un desmesurado crecimiento del Estado como consecuencia de gobiernos incapaces de controlar el déficit público y de moderar las demandas salariales. ¿Qué se recomienda? Todo lo que se puso en practica al pie de la letra en los 90: ajuste económico, achicamiento del Estado (en especial, la liquidación de empresas públicas), apertura externa comercial y financiera, desindustrialización, política antiinflacionaria basada en la recesión, flexibilización laboral (es decir, menores salarios y mayores despidos) y la hegemonía del sector financiero por sobre el productivo. En cuanto a lo político, obviamente, se recomienda la adhesión total a Estados Unidos. En la Argentina, estos principios fueron adoptados sin siquiera discutirlos. Más que al razonamiento, se apeló a la necesidad, porque el mundo viene así debíamos aplicar esas políticas: o acatamos sin discusión y en conjunto, o nos quedamos afuera (es decir, nos caíamos del mapa). Esta fue la filosofía que inspiró la política económica argentina desde 1976 y que se exacerbó al máximo desde 1991 a 2001. Cumplimos al pie de la letra y nos caímos del mapa igual. Es decir, nos estafaron, nos engañaron como a unos pobres analfabetos en medio de sofisticados delincuentes. Agotada la paciencia, muertos de hambre y cargados de deudas, porque asì hasta los mas giles llegan a avivarse a fuerza de golpes, se encaró la deuda externa sobre la base de una muy fuerte quita y dejamos de seguir las recetas del Fondo y no tenemos acuerdo stand by. Existe un tipo de cambio competitivo (se terminó la subvención a las importaciones que significaba el 1 a 1). La economía creció al 9% tres años seguidos, sobre la base de los sectores de la industria. La política antiinflacionaria ya no consiste en provocar recesión, sino en producir más y en regular precios con impuestos a las exportaciones (retenciones) y con castigos a prácticas monopólicas. Se dio empleo a 2,5 millones de personas. ¿Alguien en su sano juicio puede negar que vamos en la dirección correcta? Ahora es urgente y necesario impulsar la industrialización. Las telecomunicaciones, las líneas telefónicas y luego de internet fueron desarrolladas por el gobierno en los Estados Unidos. Solo basta abrir los ojos para ver que los sectores más dinámicos de la economía capitalista en la actualidad SURGIERON DE LA INVERSIÓN ESTATAL. China rechazó las normas de telefonía celular por las que debía pagar regalías a empresas estadounidenses y ahora exporta celulares a todo el mundo; Brasil exporta aviones, desarrolla biotecnología y utiliza biocombustibles, a pesar de la oposición del Banco Mundial. Nosotros podemos hacer lo mismo, solo hace falta dejar de hacerle caso a los consejos de Bellus y Lawrence.

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