viernes, 23 de septiembre de 2005

ETN, IED y tecnologia

Solo en Asia oriental podemos ver naciones que han experimentado un rápido desarrollo durante la era neoliberal. Esos países HAN RECHAZADO CONCIENTEMENTE CASI TODOS LOS DICTADOS DEL NEOLIBERALISMO, sobre todo en cuanto a los términos de sus relaciones con las empresas transnacionales (ETN). Ellos han utilizado la política del Estado Desarrollista para construir densos, altamente intensivos y dinámicos sistemas de producción nacional. Cuando han aceptado ETN en su territorio no se han mostrado pasivos ni complacientes, exigiendo reciprocidad en términos de beneficios tecnológicos, entrenamiento y efectos de eslabonamiento. Un gran número de trabajos empíricos demuestra que el intento neoliberal de demonizar al Estado, particularmente al Estado en la fase ISI (Industrializacion por sustitucion de importaciones), carece ampliamente de validez empírica. Durante las dos últimas décadas hemos presenciado un complejo movimiento doble consistente en la santificación de la inevitabilidad de la "globalización" y simultáneamente la demonización del Estado. Con respecto al Estado se sostiene con gran solemnidad que Estados pasivos y dóciles pueden promover desarrollo, pero solo en la medida en que restrinjan sus actividades a la provisión de soporte institucional para una economía de mercado. Tal soporte institucional es generalmente definido en términos de una apertura general a la inversión extranjera directa (IED), privatización de todas las empresas públicas, la imposición de un mercado de trabajo "flexible" que elimine el poder de los sindicatos, y una política de apertura comercial sin restricciones. La literatura de investigación referida a las Empresas Transnacionales (ETN) y a la Inversión Extranjera Directa (IED) es extensa. La IED es vista como un medio de desarrollo económico rápido porque proporciona dos cruciales elementos ausentes en las naciones en desarrollo (1) inversión de capital y (2) el cambio tecnológico incorporado. Se afirma comúnmente que una baja relación capital/trabajo (K/L) constituye el problema clave para el desarrollo en la mayoría de las naciones. Mientras algunas variantes de la investigación moderna se han alejado de esta conceptualización para enfatizar el 'capital social' y se argumenta sin embargo que LA BAJA PRODUCTIVIDAD CRÓNICA DE LAS NACIONES EN DESARROLLO ES EN GRAN PARTE UNA FUNCIÓN DE UNA BAJA TASA DE AHORRO NACIONAL y de una insuficiente variedad de maquinaria y equipo disponible por trabajador.
Además, puesto que el cambio tecnológico se halla plasmado en nuevo equipamiento de capital, las naciones que reciben grandes inyecciones de IED probablemente serán también capaces de saltarse un complejo proceso de evolución tecnológica y acceder a los niveles superiores de los modernizados procesos de producción empleando un completo rango de Tecnologías de Información (TI) de punta. Todo esto, sin embargo, depende del establecimiento de amplios vínculos entre las ETN y los productores domésticos.
Las ETN, en teoría, podrían ser incubadoras de importantes derrames. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿están esos supuestos efectos siendo realizados? La respuesta es no necesariamente y raramente se producen. Mientras Taiwán, Singapur y Corea han tenido algún éxito importante en actividades intensivas en altos conocimientos relacionadas con la producción global tales historias de éxito parecen ser excepcionales. Generalmente, los países en desarrollo que participan en cadenas de producción internacional NO SON IMPLICADOS EN LAS PARTES DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN CON INTENSIVA CALIFICACIÓN Y TECNOLOGÍA. No son las empresas locales las que fabrican los componentes más sofisticados. Los procesos de producción controlados por la nación en desarrollo generalmente se limita a montajes de escaso valor agregado y otros procesos intensivos en trabajo tales como servicios de embalaje y conserjería. La única excepción a tales hallazgos se relaciona con los sistemas de producción del este de Asia. Porque en Asia un Estado fuerte y protector permitio esto y exigiò una autentica transferencia tecnologica. En el resto de las regiones del mundo, las estadísticas que muestran una considerable expansión de las exportaciones intensivas en tecnología y destrezas técnicas de los países en desarrollo son engañosas. Mucho de las competencias corporizadas en estas exportaciones corresponden a componentes producidos en los países tecnológicamente más avanzados, mientras que los países en desarrollo son contratados principalmente para las etapas de montaje de baja calificación, y bajo valor agregado, en cadenas de producción global generalmente organizadas por las ETN. Así la expansión de tales exportaciones no ha sido acompañada por aumentos concomitantes en valor agregado e ingresos obtenidos por los países en desarrollo.

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