domingo, 19 de junio de 2005

Los paises industriales quieren estafarnos con la excusa del libre comercio

Los países ricos, encabezados por USA y la UE, piden ahora en la OMC que los aranceles industriales se recorten entre 50 y 80 por ciento. Pero en su fase de desarrollo, los países del Norte cobraban aranceles mucho más altos que los aplicados actualmente por los países del Sur. Por ejemplo, USA TUVO UN PROMEDIO DE ARANCELES APLICADOS DE 40 A 50 POR CIENTO ENTRE 1820 Y 1920. Aun en 1950, su promedio era de 14 por ciento. En comparación, el promedio de aranceles de los países en desarrollo en 2001 era de 8 por ciento. En las actuales negociaciones sobre acceso a los mercados para los productos no agrícolas (NAMA), se pide a los países en desarrollo que recorten sus aranceles mucho más rápidamente de lo que lo hicieron los países industrializados en los 30 años siguientes a la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, cuando un país está en desarrollo apenas incipiente, PUEDE NECESITAR ARANCELES MÁS ALTOS PARA PROTEGER SUS INDUSTRIAS CON USO INTENSIVO DE MANO DE OBRA, PERO ARANCELES BAJOS O NULOS SOBRE OTROS PRODUCTOS QUE NO PUEDE PRODUCIR. Cuando pasa a la fase siguiente, es posible que le convenga reducir sus aranceles sobre los productos con uso intensivo de mano de obra (porque ya sería competitivo en esos productos) pero aumentarlos sobre los productos de media o alta tecnología, para poder desarrollar su industria en estos sectores. Los países en desarrollo necesitan gran flexibilidad para bajar y subir aranceles sobre diferentes productos en diferentes épocas y fases de industrialización. La manufactura es esencial para que los países en desarrollo adquieran tecnología, empleo y salarios decentes, y esos países necesitan proteger sus industrias para mantener y fomentar el sector manufacturero. Los países en desarrollo necesitan protección arancelaria para su desarrollo industrial. Durante el proceso de industrialización, un país puede precisar aranceles bajos, altos y nuevamente bajos sobre los mismos productos. EMPRENDER LA FABRICACIÓN DE UN NUEVO PRODUCTO PUEDE SER DIFÍCIL SIN LA OPCIÓN DE ELEVAR EL ARANCEL CORRESPONDIENTE. Existe un nivel óptimo de aranceles en diferentes etapas de industrialización para diferentes productos. Sería desastroso que los países en desarrollo perdieran la opción de variar los aranceles. Igualar ahora el nivel de los aranceles de los países en desarrollo al de los países ricos es injusto. Si bien las negociaciones sobre NAMA se realizan en nombre del desarrollo, en realidad los países industrializados las promueven en aras de sus propios intereses. TODOS LOS PAÍSES QUE ALCANZARON LA INDUSTRIALIZACIÓN SE VALIERON DE LA PROTECCIÓN ARANCELARIA. Los países industrializados tienen mayor capacidad de oferta, y si logran la apertura de los países en desarrollo, obtendrán acceso a enormes mercados. En contraste, si los países en desarrollo logran el acceso a los mercados de los países ricos, podrán colocar los pocos productos que actualmente producen, pero no podrán desarrollar otros en el futuro. Por lo tanto, estaremos sacrificando el futuro a cambios una pequeña porción del mercado actual. Los países en desarrollo no deben esperar beneficio alguno para sus industrias de mano de obra intensiva a cambio de la renuncia a las industrias de alto valor agregado, porque eso sería el fin de su industrialización.

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