miércoles, 22 de junio de 2005

El modelo neoliberal

El modelo Neoliberal fue planteado en los años 70. Parte del Consenso de Washington que no es otra cosa que un acuerdo mundial para fomentar la internacionalización. El Consenso de Washington desarrollo tres herramientas bajo la teoría de los beneficios de la internacionalización para el progreso social. Se afirmaba que internacionalizar los mercados permitiría aumentar el nivel de vida de los ciudadanos, por medio de dos vías: la posibilidad de acceso a productos de máxima calidad y que los países se especializarían según sus ventajas competitivas. Esto se lograría por medio de tres herramientas: Apertura de Mercados, Liberalización Financiera Internacional y Privatizaciones. La idea era buscar un beneficio social por medio de un mercado cada vez más dedicado a la calidad y una especialización de las economías nacionales. La Apertura de Mercados significa poner en marcha las conclusiones de las rondas del GATT: reducir de manera gradual el cobro de impuestos sobre el comercio internacional, los aranceles; y eliminar los subsidios del Estado para los empresarios, subsidios que generan mejores condiciones de precio, para permitir un intercambio libre de bienes y servicios entre naciones. El modelo es teóricamente claro como mecanismo para el fomento de la especialización de las industrias nacionales. La Liberalización Financiera Internacional, que permite el libre flujo de capitales – especialmente dinero – entre naciones, soportado en la premisa del libre tipo de cambio, o la liberación del precio del dólar. Por último, la privatización de las empresas del estado, pero sólo de aquellas que pudieran ser absorbidas. Buscando una reducción en los gastos del gobierno, para reducir el creciente déficit fiscal de los países en vía de desarrollo.


La consecuencia del modelo neoliberal

La Apertura Económica ha generado una desindustrialización masiva en todo el continente. Esto se ha debido a la rápida acogida de los productos extranjeros sobre los locales, lo cual desplazó a gran velocidad la producción nacional. Esto era de esperarse, ya que se asumía que algunos productos extranjeros eran mejores que los locales, pero tal vez no se alcanzó a prever el impacto en la reducción de empresas, que dejó como consecuencia inevitable un fuerte aumentó en el desempleo. La apertura redujo la cantidad de empleos y por ende la cantidad de dinero en la economía, porque lo que la gente compraba en productos extranjeros, significaba que ese dinero saldría del país, lo cual empobrecía aún más a Sudamérica. En todos los países sudamericanos la producción se ha concentrado en la generación de insumos y la explotación de recursos naturales, como el níquel en Chile o el petróleo en Venezuela. Sudamérica vende hoy productos agrícolas, sembrados. Simplemente estamos vendiendo lo que nuestro suelo produce, estamos utilizando la Tierra. No hubo ningún proceso industrializador. En conclusión, el modelo sugerido en Washington, deriva las siguientes consecuencias: Desindustrialización de los países sudamericanos, por la entrada de una fuerte y competitiva industria extranjera. Un desempleo creciente. Devaluaciones masivas. Caída del crecimiento del ingreso, por la desindustrialización. Aumento de la Deuda externa, por nuevos créditos y por las devaluaciones que se presentaron. Pérdida del control de ciertos servicios sociales, por la privatización. Sudamérica debe abandonar la receta del Consenso de Washington y adoptar un modelo asiático de crecimiento, cuya eficacia esta probada y certificada por hechos comprobables, el modelo asiatico no es pura teoria, es practica aplicada con resultados existosos.

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