Obama ha abandonado toda esperanza de lograr un plan general que reduzca el déficit de USA: el Partido Republicano, con quien debe negociar el ajuste, está tan dividido que no es capaz de tener una postura común. Partido complicado el de los republicanos estadounidenses:
1- destruyeron el equilibrio fiscal producido por Clinton,
2- llevaron a USA a 2 guerras inútiles y costosas, en Irak y Afganistán,
3- produjeron la crisis bancaria que desencadenó en crisis macroeconómica, y
4- no han realizado ningún aporte importante desde entonces.
Pero se empeñan en obstaculizar a quien debe gobernar.
Por si faltara algo, se han dividido.
Por un lado, están los que, como el líder republicano en la Cámara de Representantes, Boehner, quieren muy pocas subas de impuestos. Por otro, los del ‘Tea Party’, entre ellos el ‘N°2’ de Boehner, Eric Cantor, quien no acepta suba de impuestos alguna. Entonces, Obama se marchó de vacaciones a su Hawai natal con su familia, luego de difundir un mensaje televisado al país en el que renunció a cualquier gran acuerdo para reducir el déficit. Se limitó a pedir al Congreso que permita que el IRPF de los contribuyentes que ganan más de US$ 250.000 brutos anuales retorne a los niveles de 2000. Eso implicaría que las subidas de las retenciones de los salarios y los recortes de gasto —incluyendo seguro de desempleo y defensa— entrarían en vigor a finales de la semana que viene, en lo que constituye el llamado ‘precipicio fiscal’.
El recorte más inmediato y drástico será el del paro, que puede dejar a 2 millones de estadounidenses sin seguro de desempleo el domingo 23/12. El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, no descarta usar la minoría de bloqueo para frenar incluso el modesto plan de Obama. A falta de 10 días para caer en el ‘precipicio’, la división republicana parece hacer imposible cualquier acuerdo.
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