martes, 11 de octubre de 2011

Friedman, el maligno

Milton Friedman se oponía a la regulación gubernamental que obstaculizaba la iniciativa empresarial y limitaba los mercados. Lo que Adam Smith fue para el siglo XVIII, Milton Friedman lo fue para el siglo XX. Friedman trazó una línea muy clara entre el mercado y el Estado. Presentó al gobierno como el enemigo del mercado e impidió ver que las economías exitosas son, de hecho, mixtas. Esa ceguera sigue afectando a la economía mundial en el periodo posterior a una crisis financiera que se originó, en gran parte, porque se permitió que los mercados financieros funcionaran libremente. La visión de Friedman subestima los requisitos institucionales de los mercados. Simplemente dejemos que el gobierno haga cumplir los derechos de propiedad y los contratos y los mercados pueden operar su magia. De hecho, el tipo de mercados que necesitan las economías modernas no se crean, regulan, estabilizan y legitiman a sí mismos. Los gobiernos deben invertir en redes de comunicación y transportes; contrarrestar la asimetría de la información, las externalidades, y un poder de negociación desigual; moderar los pánicos financieros y las recesiones; y dar respuesta a las demandas populares de redes de seguridad y prestaciones sociales. Un Friedman sonriente, diminuto, sostenía un lápiz frente a las cámaras en el programa televisivo “Free to Choose” en 1980 para ilustrar el poder de los mercados. Miles de personas en todo el mundo fabricaron este lápiz, decía Friedman –para extraer el grafito, cortar la madera, ensamblar los componentes y comercializar el producto final. Ningún organismo central coordinó sus acciones; esa hazaña la lograron gracias a la magia del libre mercado y el sistema de precios. Mentía, engañaba, estafaba. Treinta años después la mayoría de los lápices del mundo se producen en China –una economía que es una mezcla de iniciativa privada empresarial y dirección del Estado que justamente coordinó sus acciones para producir esos lápices. Si Friedman viviera no sabría explicar como China, haciendo lo que no se debe o no se puede,  ha llegado a dominar la industria de los lápices y la de tantas otras cosas. Hay mejores fuentes de grafito en México y en Corea del Sur. Las reservas forestales son más abundantes en Indonesia y Brasil. Alemania y los Estados Unidos tienen mejor tecnología. China tiene una enorme cantidad de mano de obra barata, pero también Bangladesh, Etiopia y muchos otros países populosos de bajos ingresos. Sin duda, el mérito le pertenece a la iniciativa y trabajo duro de los empresarios y trabajadores chinos. Sin embargo, la historia del lápiz estaría incompleta si no se cita las empresas estatales chinas, que hicieron las inversiones iniciales en tecnología y capacitación laboral; las políticas flexibles de gestión forestal, que mantuvieron la madera a precios artificialmente asequibles; los generosos subsidios a la exportación; y la intervención del gobierno en los mercados de divisas, que ofrece a los productores chinos una ventaja de costos significativa. El gobierno chino ha subsidiado, protegido y estimulado a sus compañías para garantizar una rápida industrialización, alterando así la división global del trabajo a su favor. Friedman hubiera deplorado estas políticas gubernamentales. Si hubiera sido por él y sus ideas, los miles de trabajadores empleados en las fábricas chinas hubieran seguido siendo agricultores pobres porque el gobierno no hubiera dado un empujón a las fuerzas del mercado para que despegara la industria. Dado el éxito económico de China, es imposible negar la contribución de las políticas de industrialización del gobierno. Son los intervencionistas los que han tenido éxito en la historia económica, es decir los que han hecho oídos sordos a ese maligno personaje y todos aquellos que le han hecho caso hoy están en la ruina.

Fuente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo, tiene razon pero el trabajo duro de la empresas y trabajadores chinos se debe a que se rigen por las reglas del mercado. La enseñanza de china no es que Milton estuviera completamente equivocado, sino que para empujar la industrializacion, hay que saber como empujar. Hay que conseguir empresarios y trabajadores motivado. Los primeros los consiguieron principalmente liberando el mercado agricola y los segundo por el hambre. La industria estatal pura en china esta aun en franco retroceso exepto en areas por ellos consideradas estrategicas pero que se maneja en general con criterios bien de mercado.
Saludos.

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...