lunes, 1 de agosto de 2011

La esperanza perdida

No hay que engañarse: Barack Obama y los norteamericanos que creyeron en su cuento del país de la esperanza son los grandes perdedores del acuerdo alcanzado entre los dos partidos y la Casa Blanca para evitar la bancarrota nacional. Un objetivo prioritario, sin duda, pero que costará mucho a las clases medias y los pobres en este país que eligieron hace tres años a un presidente que les dijo que esta nación iba a cambiar, que los ricos no iban a ser siempre los más favorecidos, que iban a tener esperanzas de encontrar un mejor trabajo, pagar con menos dificultades sus casas, mandar a sus hijos a la universidad y disfrutar un poquito más del sueño americano. Este país es una ruina económica y fiscal porque para financiar guerras, recortar los impuestos a los que más ganan o para reanimar una economía moribunda el Congreso se ha convertido, en los últimos 15 años, en una fotocopiadora de imprimir dólares. La nación a la que todo el mundo quiere imitar vive con un déficit de 1, 6 billones de dólares, con una deuda nacional superior a los 14 billones de dólares y con 25 millones de estadounidenses que el pasado mes no pudieron encontrar un trabajo de ocho horas al día. Y ahora, Obama ha aceptado que el estado, el verdadero motor que crea empleo una vez que se ha demostrado que los empresarios no lo han hecho en los últimos años, recorte los gastos en 2,4 billones de dólares en los próximos 10 años. Y ademas otra reducción de 1,2 billones de dólares para finales del 2013. Recortes de los programas que benefician a los pobres y las clases medias , incrementos en los impuestos para los que se han comprado su segunda casa con tres plazas de garaje, se marchan a Venecia de vacaciones de Navidad o envían a sus hijos a los campamentos de verano de Maine en avión privado no. Las consecuencias son muchas y por eso se entiende a los que, dentro del Partido Demócrata, están furiosos con Obama y le acusan de tener, en estos días, un solo objetivo: salvar su propio puesto de trabajo. Y también se explica la felicidad de los republicanos, que han vapuleado al presidente con sus amenazas y extorsiones y que recortan y recortan sin ceder en lo que consideran vital para sus intereses: los beneficios fiscales para los ricos. A la espera de que los políticos del Tea Party de la Cámara de Representantes den su visto bueno, para lo que será obligatorio incluir más recortes y más reducción de gasto, Estados Unidos se salvará de la suspensión de pagos. Y Wall Street celebrará y un mustio Obama podrá marcharse tranquilo de vacaciones y decir que el país se ha salvado de la catástrofe. Pero no podrá reclamar que los norteamericanos, que tantas ilusiones tenían en él, han sido los ganadores.

Fuente

No hay comentarios.:

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...