lunes, 18 de julio de 2011

¿Qué podría reemplazar a los bonos del Tesoro estadounidense como refugio?

Algunos en Wall Street se preguntan a dónde podrán ir los inversionistas si el peor de los escenarios se materializa. Oro, bonos alemanes, depósitos bancarios. Todos podrían ser candidatos para recibir parte del capital que busca un lugar estable y seguro en medio del caos financiero que se produciría si EE.UU. ve rebajada su calificación o, peor, de hecho dejase de pagar sus obligaciones. Ninguna de esas alternativas —o incluso todas ellas combinadas— probablemente sea capaz de cubrir el enorme papel de los bonos estadounidenses en los mercados financieros. Con US$9,7 billones (millones de millones) en circulación, el mercado de los títulos estadounidenses es uno de los de mayor liquidez del mundo. La deuda del Tesoro representó 95% del total emitido de valores de renta fija en EE.UU. en 2010 y constituye el grueso de los activos estadounidenses con calificación AAA. Los bonos del Tesoro estadounidense son todavía el refugio preferido; el rendimiento de un papel a 10 años es de alrededor de 3%, históricamente un nivel muy bajo y una señal de que hay todavía una alta demanda por estos títulos a pesar de la inquietudes. (Los precios de los bonos y sus rendimientos se mueven en direcciones opuestas). Frecuentemente se los considera "libre de riesgos" por los actores de los mercados financieros, lo que los convierte en un destino favorito cuando el mercado bursátil se debilita. En un escenario habitual sin riesgos, los inversionistas habitualmente irían a buscar cobertura en los bonos del Tesoro. En este caso, sin embargo, el estatus de los títulos estadounidenses como 'libres de riesgo' esta cuestionado. Los precios de los bonos del Tesoro podrían caer precipitadamente y los inversionistas irían a buscar resguardo en activos físicos como el oro. Dado sus limitados usos industriales, el oro ha sido considerado desde hace mucho un activo financiero que ofrece a los inversionistas una cobertura contra la inflación. Los precios del oro generalmente han subido en tiempos de inestabilidad política, económica o en el mercado. Desde que la crisis financiera golpeó en 2008, los precios del metal se han disparado. En 2010, los precios del oro saltaron 30% y en lo que va del año lo han hecho otro 12%. Sin embargo, no todos pueden poseer oro. Algunos gestores de dinero tienen órdenes que les exigen que tengan bonos de países con excelentes calificaciones crediticias. Para ellos, comprar deuda alemana con calificación triple A podría ser una opción. Alemania ha tomado mucho dinero prestado. Su deuda total en circulación llegó a US$1,4 billones en 2010. Eso implica que hay un suministro decente de bonos para comprar. Al mismo tiempo, Alemania tiene una gran reputación como prestatario. Comprar bonos alemanes podría ofrecer protección contra una cesación de pagos de EE.UU. Parte de la razón por la que los mercados parecen tan seguros de que no ocurrirá una cesación de pagos de EE.UU. es que las consecuencias de un hecho así serían muy severas. Los mercados financieros sugieren que los inversionistas no están preocupados. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a corto plazo siguen cerca de cero. La apuesta esencial del mercado parece ser que el shock financiero que implicaría cualquier tipo de cesación de pagos obligaría a los políticos de Washington a subir el límite de deuda y a cumplir con cualquier pago que no se hubiese realizado.

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