sábado, 16 de julio de 2011

El enfado de Obama

Con la cuenta regresiva en marcha, las negociaciones entre demócratas y republicanos para reducir el déficit fiscal y evitar que Estados Unidos caiga en default el 2 de agosto próximo están totalmente empantanadas. Durante la conferencia de prensa que dio ayer, el presidente Barack Obama dijo que no aceptará un acuerdo temporario ya sea de 30, 60 ó 90 días para salir del paso. “Si creemos que es duro ahora, imaginen dentro de seis meses, en medio de las elecciones, no va a ser más fácil sino más duro, tenemos que hacerlo ahora, este es el momento de hacerlo”, enfatizó. Nadie parece escucharlo, ni siquiera su propia base. Pese a que el país está al borde del default, la política está prevaleciendo sobre el interés nacional. Las posiciones están más polarizadas que nunca. Obama cree que ya demostró que está dispuesto a hacer las concesiones necesarias para llegar a un acuerdo. Ayer recordó ante la prensa que la semana pasada puso sobre la mesa de negociaciones a las tres vacas sagradas de los demócratas: los planes de seguridad social y Medicaid y Medicare, de salud para los más pobres y para las personas mayores. Eso le valió duras críticas por parte de su base demócrata. Según él, ahora les toca a los republicanos. “No veo un camino hacia un acuerdo si ellos no ceden. Punto”, remarcó. Pero la oposición cree que el intransigente es Obama. “Sigue insistiendo sobre un aumento de impuestos y no ha ido tan lejos como esperábamos a nivel de los programas sociales. Se necesitan dos para bailar el tango”, señaló el líder de la Cámara de Diputados, el republicano Bohener. La situación no es fácil de resolver. Obama está tratando de establecer una tercera posición, colocándose por arriba de su propio partido y de los republicanos. Es la misma estrategia que instrumentaba Clinton durante su presidencia. En efecto, tras haber dicho que aceptaría recortes de los programas sociales más preciados por su partido, ahora Obama le pide tanto a la base demócrata como a la oposición que sigan sus pasos. “Los republicanos van a tener que hacer compromisos al igual que los demócratas, igual que yo mismo me he mostrado dispuesto a hacerlos”, declaró. Pero Bohener no puede hacer concesiones porque está condicionado por los legisladores ultraconservadores del Tea Party que fueron electos en noviembre pasado bajo una bandera: “No habrá suba de impuestos”. “Nuestro desacuerdo es sobre la idea de elevar los impuestos de las mismas personas a las que estamos pidiendo que creen empleos en el país”, explicó Boehner. Por otra parte, Obama tuvo un altercado con el "número dos" de los republicanos en la Cámara Baja, Eric Cantor, después de una de las reuniones diarias que los congresistas mantenían en la Casa Blanca. Se produjo cuando el congresista republicano indicó que ambos partidos estaban demasiado distanciados como para llegar a un acuerdo antes del 2 de agosto. Cantor interrumpió groseramente al presidente en tres ocasiones para abogar por aumentos del límite de la deuda a corto plazo, mientras el presidente estaba dando por concluida la reunión. Obama aseguró que ningún otro presidente, ni siquiera Ronald Reagan, habría tolerado que se dirigieran a él como lo estaba haciendo el líder republicano. El insolente Cantor ha rechazado también la oferta del líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de elevar el límite de deuda federal. "Actualmente, no hay una sola propuesta sobre el límite de deuda que pueda ser aprobada en la Cámara", afirma Cantor en un comunicado. La iniciativa de McConnell se basa en que el Congreso modifique las normativas concernientes a la deuda solo para lo que resta de legislatura, esto es, hasta el comienzo de 2013. Se crearía una nueva estructura legal que permitiría a Obama, elevar la deuda en 2.500 millones de dólares (1.786 millones en euros) mediante tres plazos irregulares. McConnell argumenta "Entre un mal acuerdo y evitar la quiebra, prefiero evitar la quiebra". Pero Cantor ha reiterado en este último comunicado que ningún acuerdo que contemple la subida impositiva podrá superar el trámite de la Cámara de Representantes. Aunque todos los observadores coinciden en que al final habrá acuerdo, nadie sabe cómo lo lograrán.

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