miércoles, 27 de julio de 2011

Consecuencias del default de EEUU

1. Crisis de confianza mundial

Los papeles del Tesoro de EE.UU. son la inversión más confiable del mundo y la columna vertebral del mercado de bonos mundial. Si Washington se viera forzado a suspender el pago de esas obligaciones a los tenedores, se crearía una crisis de confianza mundial. Aunque esos bonos están mayormente en manos de grandes inversores y de gobiernos, muchos ciudadanos, a través de sociedades de bolsa y fondos de pensiones, compran "canastas" de productos financieros en la que casi siempre hay papeles estadounidenses. Si, por ejemplo, una persona está afiliada a un fondo de pensiones privado, es posible que ellos tengan parte de su portafolio en bonos estadounidenses. En ese caso, sería posible que una situación que afecte estos títulos del Tesoro estadounidense pueda deteriorar el valor de su pensión.

2. Caída del dólar y aumento del costo de vida

Se teme que los problemas crediticios puedan afectar la credibilidad del dólar estadounidense, hasta ahora la gran moneda de reserva del mundo. Dicho de otra manera, puede que los ciudadanos de otros países puedan sentir que el dólar ya no les ofrece seguridad y dejen de comprarlo. Eso, en principio, podría llevar a que el precio de la moneda estadounidense cayese.
Para varios países latinoamericanos que escogieron adoptar el dólar como su moneda nacional, como Ecuador, Panamá y El Salvador, eso puede presentar problemas. Si el precio de la divisa empieza a caer, también aumentará el precio que se debe pagar por los bienes importados, que se pagan con la moneda estadounidense y aumentará el costo de vida.

3. Reducción del gasto público y efecto bolsillo

Un cese de pagos por el gobierno estadounidense probablemente haría más complejo y costoso para ese país volver a pedir prestado, lo que, con alta probabilidad llevaría a una sustancial reducción en el gasto gubernamental, actualmente dependiente en gran medida del crédito. Del mismo modo, el probable aumento en las tasas de interés en el crédito disponible a los ciudadanos privados estadounidenses llevaría a que ellos también redujeran su consumo. Considerando que la base de la economía es el consumo, la lógica empresarial mandaría a reducir la producción, lo que eventualmente les forzaría a dejar de contratar personal y hasta reducir las plantillas. En cuanto al sector público, el gobierno federal podría dejar de hacer transferencias de recursos a los estados que tendrían que empezar a reducir sus burocracias despidiendo a policías, maestros o bomberos.

4. Colapso crediticio

Los optimistas, que nunca faltan, apuntan que una breve cesación de pagos, que llevara a una caída en la calificación crediticia de Estados Unidos, no sería el fin del mundo. Pero por otra parte, algunas voces aseguran que el efecto del "default" podría ser similar o peor al de la caída del banco de inversiones Lehman Brothers en 2008, cuyo devastador resultado fue el congelamiento temporal de los mercados de crédito, al generalizarse la desconfianza entre los bancos y otros agentes de mercado, que por unas horas, dejaron de prestarse dinero. Cuando las autoridades estadounidenses restablecieron la confianza en el sistema financiero horas después, no pocos dijeron que la economía mundial había estado al borde de un colapso similar al de la Gran Depresión de los años '30 del siglo pasado, la misma que empobreció a decenas de millones de personas y que eventualmente contribuyó a que ocurrieran calamidades globales tales como la Segunda Guerra Mundial. Esta semana el banco central estadounidense llevó a cabo un ejercicio para simular justamente ese escenario, esta vez como resultado de un hipotético "default" de Washington.

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