Lo que empezó como una iniciativa popular se está convirtiendo en un movimiento de desobediencia civil en toda regla que ya preocupa al Gobierno. Los griegos que optan por no pagar el transporte público o las autopistas son cada vez más y las arcas estatales se empiezan a resentir. El lema es: "No pagamos la crisis de otros". No pagan por el transporte público, ni por los peajes de las carreteras. Viajan sin billete, taponan las máquinas expendedoras o levantan las barreras de los peajes. Publican fotos en su web y animan a seguir su ejemplo. ¡Espectacular!. El número de pasajeros que opta por viajar gratis ha aumentado hasta rozar el 40% en los autobuses y hasta un 15% en el resto de los medios de transporte. Y las empresas concesionarias estiman que un 18% de los conductores no pagan los peajes, frente al 6% que lo hacía hace menos de un año. Esto significa unos 8.000 usuarios al día. El encarecimiento de las tarifas en el transporte urbano, que oscilan entre el 28% y el 80%, y también en los peajes ha elevado el tono de las acciones, que culminaron en una manifestación que llegó a las puertas del Parlamento. El peaje subio un 40% cuando todo lo demás baja: sueldos, pensiones, ayudas. Desde que Grecia puso en marcha las medidas de austeridad para recortar el déficit y cumplir con las exigencias de Bruselas y el FMI, los empleados públicos y los jubilados han visto rebajados su salarios y pensiones. Además, impuestos como el IVA se han elevado al tiempo que sufren también el repunte de la inflación. La consecuencia es una pérdida de hasta el 25% de su poder adquisitivo. Hasta ahora los esfuerzos del Gobierno heleno por frenar los actos de rebeldía ciudadana endureciendo las multas y criticando con dureza a sus instigadores no han dado resultado. "No es un movimiento, son unos aprovechados", aseguraba recientemente el portavoz del Gobierno, Yorgos Petalotís, en estado de indigaciòn total. Jajajaja. Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha advertido del creciente riesgo de que este movimiento afecte no sólo a los presupuestos del Estado, sino también a futuras inversiones comprometidas por las empresas. "Si los contratos fallan, lo que es una posibilidad, la credibilidad del país se verá dañada", afirmó en el Congreso. El movimiento 'No pago' de Grecia es una más de las muchas iniciativas ciudadanas que están surgiendo en los países más afectados por la crisis. En España, por ejemplo, la Red está sirviendo de base a Juventud en Acción, Anonymous o Nolesvotes.com para organizarse y difundir sus protestas contra la gestión del Gobierno o los bancos, por ejemplo.
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