La razón principal de la ola de desempleo que sacude al mundo occidental en general, y a los países industrializados en particular, es la fuerte caída de la demanda global, o demanda agregada. Es la insuficiente demanda agregada para comprar todos los productos y servicios que se ofrecen la que hace que el desempleo se mantenga en altos niveles. Es decir que la demanda no es capaz de absorber el producto potencial de las empresas y eso genera capacidad ociosa de equipo y de personal. En este escenario, las empresas se ven obligadas a despedir gente, aumentando el circulo vicioso de desempleo → caída en la demanda → más desempleo. La demanda agregada es actualmente muy reducida justamente por el desplome de la burbuja especulativa. Mientras la burbuja especulativa estaba en auge, los propietarios de vivienda se sentían más ricos y gastaban más y más dinero reventando sus tarjetas de crédito. Muchos gastaban tanto, que incluso apostaban el valor de sus propiedades. El nivel de confianza basado en la idea de que todo estaba bien y que el precio de las propiedades seguiría aumentando ocasionó una buena parte del desastre. Cuando estalló la burbuja, la gente que había estado consumiendo varias veces su sueldo chocó con la cruda realidad y detuvo su consumo. De esta forma la caída de la demanda fue dramática. Y el comercio mundial se fue a pique. Los empleadores debieron reducir la producción y se cancelaron pedidos materiales, maquinaria, construcciones, inversiones, y así sucesivamente, en una cadena regresiva que retrocedió el consumo a los niveles de la década anterior. Los empleadores debieron despedir a trabajadores para recortar sus gastos y así fue como millones de personas se quedaron sin empleo; y el resto, temeroso también de perder sus puestos de trabajo, comenzó a reducir sus gastos. Todo esto se tradujo en el círculo vicioso del que todavía no se ha salido. A su vez, las políticas gubernamentales destinadas a estimular la demanda han caído en el desierto. Las políticas monetarias expansivas (tasas de interés al cero por ciento), sólo han permitido resolver los problemas a la banca, por la vía del carry trade, endeudándose al cero por ciento, pero ganando altos intereses con depósitos en Brasil, Australia o México. De esta forma, los llamados “planes de estímulo” se han quedado en la esfera financiera sin lograr ningún impacto en la generación de empleo. Y la posibilidad para generar empleo por esa vía ya se ha agotado, de la misma forma en que se han agotado los planes de estímulo. Con el pretexto de mantener la “estabilidad de pagos”, se han empleado los recursos de todos los contribuyentes para salvaguardar los intereses de un puñado de banqueros. Banqueros que deberían estar presos, y sin embargo no solo gozan de impunidad, sino que siguen manejando la economía. Un solo país se ha atrevido a acusar a los culpables, en vez de hacer pagar la crisis a los "funcionarios públicos": Islandia. Pero de eso no se habla...
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