Ha-Joon Chang señaló que “es claro que, de mantenerse las políticas que hoy aplica el Estado, la Argentina va a seguir creciendo”.
–¿Su diagnóstico es la percepción general respecto del país?
–Sí, porque en los últimos siete años, la Argentina fue uno de los que más rápido ha crecido. El problema es que a algunos sólo les interesa cuánto crece China, aunque tampoco les gusta mucho lo que está haciendo China, pero como es tan grande, no pueden ignorarlo.
–Suele decirse que Chile y Brasil crecen más que la Argentina. ¿Es cierto?
–Es un error creer que Brasil vive en auge. Ellos, si bien progresan, están obsesionados con la inflación y su economía, en los últimos años, creció, como mucho, al 1%. Y la Argentina creció entre el 6 y el 9%. Creo que si la Argentina mantiene los lineamientos de este gobierno le va a ir mejor que a Brasil y Chile, porque además no tiene problemas. Chile no hizo nada, en los últimos 20 años, para exportar más que vino, cobre y salmón (con pesca intensiva). Es un modelo primario que lleva a un cuello de botella insalvable. Y con Brasil no hay que engañarse, porque claramente tiene una economía neoliberal, que intenta mantener a toda costa las tasas de interés altas. La tasa de interés real de Brasil (nominal menos la inflación) llegó a ser una de las más altas del mundo. Y esto ha generado que las empresas no inviertan mucho.
–Mencionó la inflación, algo de lo que se habla mucho por estos días. ¿En la Argentina hay inflación o suba de precios?
–Escuché a muchos opinar que la inflación está al 20%, pero realmente no hay ninguna evidencia que respalde esa información.
–Usted es un defensor de la intervención del Estado en la economía. Aquí, las corporaciones aceptan a medias ese control, pero a la vez ejercen un fuerte lobby a favor del libre mercado. ¿Es normal la conducta?
–Pasa en todos lados, pero cuando se meten en problemas corren a pedir salvataje del gobierno. Es hipócrita, si no querés al Estado, no pidas ayuda. De todos modos, creo que los argentinos deberían involucrarse más y entender que en la década de 1990 tuvieron desastrosas experiencias con las políticas neoliberales, que casi destruyeron el país. Y uno, desde afuera, no se explica por qué todavía hay gente que quisiera repetir esos años. Salvo que los argentinos crean en una doctrina filosófica que predique que cuanto más sufre una persona mejor está.
“Todos los que siguen los lineamientos del FMI terminan creando una recesión para reducir la demanda interna y conseguir dinero para pagar a los acreedores extranjeros. La Argentina lo ha hecho varias veces, y lo sabe bien”, explicó Chang sobre el anuncio del rompimiento con Fondo Monetario para negociar con el Club de París.
–¿Podrían otros países copiar el ejemplo?
–Es posible pero no sencillo, los organismos de crédito son un arma de doble filo. Le pongo un ejemplo: supongamos que tengo una empresa con deuda y me declaro en bancarrota. La ley me protege de los acreedores, como en los Estados Unidos, donde los acreedores no pueden exigir pagos durante seis meses, plazo que se utiliza para reestructurar y enderezar la compañía. Eso pasa todo el tiempo en las empresas, pero nos rehusamos a hacerlo con países. El FMI, con mucha injerencia de los Estados Unidos, no da facilidades de recomposición. De hecho, desde la última crisis asiática en 1997, se empezó a pensar en aplicar a los países las mismas leyes de quiebras.
–Ya que menciona a los EE UU, Obama asumió con alto apoyo popular, como Néstor Kirchner en 2003. ¿Por qué no logró cambios?
–Cuando Obama ganó la presidencia, teníamos expectativas injustificadas. El que creó la desregulación financiera y dirigió el Tesoro en la época de Clinton, hoy maneja la economía, es claro que era todo una pantalla. De todos modos, Obama tiene buenas intenciones, pero no conoce de economía. Obama tuvo el mismo problema que Néstor Kirchner al asumir, se enfrentó al desafío de mejorar la economía, pero Néstor tuvo el coraje y el apoyo político para hacer los cambios que eran necesarios. Obama tenía popularidad, pero no lo hizo.
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