jueves, 25 de febrero de 2010
EE.UU. al borde de la bancarrota
Las expectativas de recuperación de la primera economía mundial chocan con el peor dato de venta de nuevas viviendas publicado desde el inicio de una serie histórica que se remonta a 1963. En enero, las transacciones cayeron un 11 %, al limitarse en tasa anual a 309.000 viviendas. El dato empeora todas las previsiones barajadas por los analistas. De manera que la crisis del sector inmobiliario no solo no se resuelve sino que empeora. La cifra se queda por debajo de la más pesimista de todas las previsiones que barajaban los analistas consultados. Ni la rebaja en el precio ha evitado este nuevo desplome. Por otro lado, el número de trabajadores estadounidenses que solicitó seguro de desempleo por primera vez subió sorpresivamente la semana pasada en 22.000, indicando que el mercado laboral sigue deteriorandose a un ritmo galopante. Las solicitudes iniciales de seguro de desempleo aumentaron a una tasa ajustada estacionalmente de 496.000 en la semana terminada el 20 de febrero, los analistas esperaban unas 455.000 nuevas solicitudes del beneficio. ¿Con estos datos quien puede creer que la economia yanqui se este “recuperando”? Nadie, pero todos hacen como si no “vieran” la catastrofe total que vive ese pais. En estos últimos días Chris Christie, gobernador del estado de Nueva Jersey (uno de los más ricos del país gracias a su vecindad con las ciudades de Nueva York y Filadelfia), advirtió que el estado se encontraba “al borde de la bancarrota”. Pero esta situación no es excepcional: grandes distritos como California, Florida, Nueva York, Michigan, Illinois y Virginia también están en las mismas condiciones. Las cuentas no cierran y el acceso al financiamiento es escaso, tanto público como privado. El gobierno federal de Obama no puede correr en su auxilio, porque también está obligado a concentrarse en mejorar su propia situación fiscal y ya le avisó a California el año pasado que no iba a financiar sus déficits públicos. Por el lado de los bancos, además, difícilmente puedan asignar líneas de crédito para asistir a estados en problemas, cuando todavía se encuentran inmersos en el repago de los préstamos que recibieron del gobierno de Obama como parte de los paquetes de rescate. Así que la solución para cada uno de estos estados podría pasar por diagramar fuertes ajustes con política fiscal contractiva, bajando el gasto o subiendo los impuestos. Para el gobernador Christie (acaba de asumir el cargo), la situación que hereda de su antecesor es un verdadero dolor de cabeza, ya que tiene que lidiar con un déficit fiscal de u$s 2.200 millones, en un estado que tiene la tasa impositiva más alta del país. Christie es de signo republicano y, por lo tanto, reacio a aplicar subas de impuestos. Así que el ajuste llegará por el lado del gasto, recortando fuertemente partidas presupuestarias con impacto social. El gobernador ya anticipó que se suspenderán 500 programas escolares y universitarios, y se recortarán gastos en salud y en las jubilaciones de los empleados estatales. El caso de Nueva Jersey se repite más o menos igual en cada uno de los grandes estados del país. En todos estos distritos se encuentran las mayores ciudades de EE.UU., señal de que el problema de los desequilibrios fiscales tiene una raíz urbana por caída de la recaudación impositiva. Los estados de Nueva York y Nueva Jersey dependen de las ciudades de New York y Filadelfia, California de Los Angeles y San Francisco, Florida de Miami, Illinois de Chicago, Michigan de Detroit y Virginia de Washington. Por lo que el ajuste que viene va a generar inevitablemente una caída en la calidad de vida de sus habitantes (menos empleos, menos mantenimiento y más inseguridad). En California, el primer estado en dar la señal de alarma, el gobernador Schwarzenegger tuvo que recurrir a medidas heterodoxas para lograr el ajuste. Es así como se presentaron propuestas insólitas de reducir el ciclo lectivo (para bajar el gasto en sueldos de docentes) o la de soltar a miles de presos para no pagar su manutención tras las rejas.
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