jueves, 29 de octubre de 2009

¿Cumple la economía con la leyes de la termodinámica?

La crisis financiera y la actual recesión mundial han desatado un intenso debate sobre las causas que la originaron, así como las que impidieron advertirla. Esta puede ser la comprobación de que los supuestos económicos son limitados y deficientes al estar basados en comportamientos ideales, pero ajenos a la realidad. La teoría económica ha tomado muchas ideas de la física de laboratorio, pero, sin embargo, no toma en cuenta las leyes de la termodinámica al sostener que una vez alcanzado el equilibrio de mercado, este es estable y permanente. Quizá en esta obsesión de lo inmutable radique el fracaso que hoy vive la macroeconomía.

La idea del crecimiento constante que impera en el pensamiento económico tradicional no toma en cuenta que los sistemas tienden al caos, al desorden, como expresa la segunda ley de la termodinámica. La economía convencional opera en un sistema perfecto donde los equilibrios son automáticos y donde el costo de muchos factores, especialmente los energéticos, es cero. Por este motivo la economía actual va por el derrotero de lo no sustentable. De ahí que un grupo pequeño pero creciente de economistas constate que estas ideas están obsoletas al asumir como “dados” muchos factores que están en vías de agotarse. Afortunadamente, desde la biofísica a la economía ecológica ha comenzado a abrirse un campo que pretende transformar la visión económica tradicional.

Parte de estas ideas las propuso en los años 20 el científico Frederick Soddy, un químico galardonado con el premio nobel que sostenía que el tema energético debería estar en el corazón de todos los temas vinculados a la economía. Soddy criticó la miopía de las curvas de oferta y demanda de la teoría económica tradicional por ignorar la riqueza real y su sesgo sistémico. Si la economía comprendiera la riqueza real, sostenía Soddy, incluiría dentro de sus parámetros las leyes de la entropía, es decir, la tendencia inevitable a la desintegración, al caos, a la decadencia de los sistemas.

Es evidente que la escuela monetarista de Chicago, ocupada casi en exclusiva de los temas financieros y del equilibrio de corto plazo, no puede incorporar una mirada extendida sobre los planteamientos biofísicos.

Fuente

2 comentarios:

oti dijo...

Si la economía comprendiera que la riqueza proviene de la capacidad humana de hacer descubrimientos científicos, el mejor antídoto contra la entropía, en lugar de especular en casinos de derivados, promovería la educación y la ciencia para que la mayor cantidad de gente pueda cultivar su mente para aumentar las probabilidades de hacer descubrimientos.

Natalio Ruiz dijo...

¿La escuela de Chicago enfocada en el corto plazo?

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