lunes, 19 de enero de 2009

Magoya Investment Group

Irlanda sufre el peor colapso inmobiliario en Europa occidental, inclusive peor que el de España. Como en Islandia, todo va mal. Una recesión temprana se ahonda. Los precios de viviendas caen 50%, el desempleo roza 10% y las acciones bancarias se derrumban 90%. Esto es lo que queda del “milagro económico irlandés”. Un “milagro” hecho a medida de los mercados financieros y bursátiles. La receta presuponía, entre otros, rebajar impuestos y gravámenes a la importación a la mitad, para promover inversiones extranjeras y una fiebre tercerizadora sin paragones que no se vio siquiera en la India, campeona en la materia. El tigre celta y su clon islandés se convirtieron en las economías europeas más “abiertas”, ante las cuales los liberales se babeaban. Pero, tras las luces de colores, comenzó a formarse una burbuja inmobiliaria. Intereses bajos y bancos complacientes inflaron el sector financiero. Y de repente los bancos -que habían volcado más de 60% de préstamos a bienes raíces- dejaron de dar crédito y se desplomó el valor de los activos. Por su parte, Gran Bretaña vuelve a la carga con un segundo plan de rescate para sus atribulados bancos, el cual busca protegerlos de activos malos en un esfuerzo para impulsar el préstamo. El gobierno no señaló cuánto costaría el nuevo plan, pero algunos expertos advirtieron que éste podría presionar las finanzas públicas. Con el nuevo plan, al ofrecer asegurar los préstamos bancarios, el gobierno está exponiendo a los contribuyentes a pérdidas potenciales por miles de millones de libras esterlinas. Los bancos también tendrían que firmar convenios obligatorios por ley que les exigen prestar más dinero a solicitantes. ¿Cómo? ¿Qué el gobierno exige que se preste? ¿y la libertad de mercado? ¿y la oferta y la demanda? ¿y la inviolabilidad de los depósitos? ¿y la propiedad privada?. ¿No era Gran Bretaña un país serio, flemático y neoliberal?. El primer rescate, anunciado en octubre con un costo de 37.000 millones de libras esterlinas (cerca de 55.000 millones de dólares) no pudo impulsar la economía y restablecer los préstamos bancarios. Es muy probable que este rescate tampoco lo pueda hacer. Es que los "créditos tóxicos" de los bancos alcanzan los 200.000 millones de libras, equivalentes a 294.000 millones de dólares. ¿Quién va a levantar el muerto?: Magoya Investment Group, claro.

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