miércoles, 14 de enero de 2009

El problema argentino

Los años entre las guerras fueron difíciles para Argentina, como lo fueron para todos los países exportadores de recursos. En los años veinte los precios de los productos agrícolas eran bajos y se derrumbaron en los treinta. La situación empeoró por la deuda acumulada en días más felices. Pero a Argentina no le fue tan mal como era de esperarse durante la depresión. El gobierno demostró ser menos doctrinario que los de aquellos países avanzados resueltos a defender sus normas monetarias a toda costa. Gracias a un peso devaluado, a los controles sobre la fuga de capitales y a una moratoria sobre el pago de la deuda, Argentina pudo en realidad lograr una recuperación razonablemente fuerte después de 1932. En efecto, en 1934, los europeos estaban emigrando una vez más hacia Argentina porque aquí tenían mejores posibilidades de conseguir trabajo que en sus propios países. A EEUU, le costó 10 años salir de la depresión y recién lo hizo cuando la 2 º guerra destruyo la capacidad productiva de Europa y los yanquis quedaron como únicos proveedores industriales del mundo. Argentina salio bien parada, durante la depresión, gracias a políticas heterodoxas. El fracaso que vino después es otra historia, pero nadie puede discutir que safamos esa vez gracias a la heterodoxia. Pero Argentina tiene un problema muy serio: convierte en permanente programas de emergencia que son temporales y adecuados para una situación particular. Cuando la situación cambia, Argentina sigue aplicando el mismo esquema que venia dando resultado aunque ya sea evidente que no resulta. Eso se ve una y otra vez a lo largo de la historia económica nacional. Las barreras temporales a las importaciones se convirtieron en barreras permanentes detrás de las cuales sobrevivieron industrias ineficientes, cuando esas barreras debieron ir gradualmente bajando al mismo tiempo que se iba apoyando planificadamente, desde el ámbito político, el desarrollo y la supervivencia una industria nacional eficiente y competitiva. A medida que la situación económica cambiada se debería haber ido cambiando la estrategia. Esa falta de adaptabilidad, esta rigidez en el apego al sistema que una vez funciono aunque ya no lo haga es típicamente argentino. Mientras por un lado los nostálgicos y conservadores han luchado a sangre y fuego por hacer retroceder las agujas del reloj y volver a ser “el granero del mundo”, los que quedan del otro lado siempre han considerado las exportaciones agrícolas del país como oro líquido a las que se les debe grabar con impuestos prohibitivos con el fin de subsidiar todo lo demás. Pero desarrollar la industria a ninguno le preocupa. De esta forma ni unos ni otros se sientan a discutir y negociar la búsqueda de alternativas económicas viables, de una forma de salir de este círculo vicioso, todo en nombre de lo que alguna vez funcionó pero ya hace mucho que no lo hace.

1 comentario:

josue.a.m dijo...

che somos argentinos miren la cosa esta muy fea nosotros los argentinos podemos aguantar todas estas cosas la ambruna la desesperacion el cansansio ¿?¿?podemos ¿?¿? por un futuro mejor y nuestros ¡¡¡¡¡¡¡¡lo tenemos ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ si nuestros presidentes... pasa que nadia puede capas el pueblo argentino cuando se canse de todo esto se pueda parar y dejar de arastrar parese con la nacion argentina por desgracia nos toco cristina kirchner que cada ves es mas rica y su marido acosta de la nacion argentina y del pueblo viven muchisimo mejor que algun argentino por que pasa esto nose ........ la argentina tiene recursos ¡¡¡¡¡¡ acuerdense pero no tarde esto es de un chico de 17 que piensa como le ira en el futuro a el y todos aqueyos que no tienen un plato de comida en la meza ey ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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