En las últimas décadas la economía estadounidense ha vivido por encima de sus posibilidades, ahorrando poco y gastando mucho. Es prueba de ello los “déficit gemelos” (fiscal y de cuenta corriente) que le obligan a recurrir al “ahorro externo”, principalmente de los países asiáticos. En este clima muchos abogan por una nueva “arquitectura financiera internacional”. Pero cada nuevo cimbronazo financiero fortalece y nunca debilita la cotización del dólar. Si la crisis financiera tuviera alguna relación directa con los mencionados déficit, el dólar se debilitaría. Pero ocurre exactamente lo contrario. ¿Como explicar esto?.
El dólar, parece estar más saludable que nunca. Lo mismo sucede con los títulos de la deuda del gobierno norteamericano. Es una paradoja: el gobierno de Estados Unidos anuncia gigantescos planes de rescate financiero, compra títulos privados a gran escala, rescata bancos, compañías de seguros y fondos de inversión. Y al mismo tiempo el dólar y los títulos de la deuda norteamericana recuperan posiciones. Cada noticia desalentadora parece ser otro motivo para seguir comprando dólares. ¿Quien entiende esto?.
Es indudable que ahora la economía norteamericana está en riesgo y al borde de una recesión que puede ser severa. Estados Unidos ha promovido la desregulación de los mercados financieros en todo el mundo desde hace cuatro décadas. Con la llamada “diplomacia del dólar” Estados Unidos presionó (y sigue presionando) a todos los países del mundo para que acepten las reglas de juego de la “globalización” y liberalicen sus sistemas financieros locales a la entrada (y salida) de capitales internacionales.
El motivo no tan oculto de esta política es que la mayor parte de los negocios generados en el sector financiero internacional toman al dólar como moneda de referencia. Es decir, Estados Unidos promueve una política “liberal” porque los mercados “escogen” al dólar. El liberalismo, en la práctica, refuerza el poder del Estado norteamericano. Y esta crisis lo confirma. La demanda del sector financiero por dólares pone en evidencia que los contratos y deudas están nominados en esa moneda. Quien tiene obligaciones en una determinada moneda y se encuentra en aprietos para cumplirlas, tiene que vender alguna otra cosa –títulos públicos latinoamericanos, por ejemplo– para hacerse de liquidez y no caer en cesación de pagos. La importancia del dólar sobrepasa con creces el comercio internacional de Estados Unidos. El dólar es la moneda de entrada al sistema financiero internacional. El dolar genera una confianza ciega, a la que la evidencia no le hace mella, produce una fe inamovibles parecida a la del creyente en su Dios. ¿Esta confianza terminara por fisurarse?. Lo que aferra al dolar es tambien el panico que produce la nada: no hay a la vista algo con que reemplazarlo. ¿Seremos esclavos para siempre de ese papel verde?.
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