jueves, 14 de febrero de 2008

Los interrogantes de la experiencia económica (que filosófico me estoy volviendo)

Llama la atención, a simple vista, el comportamiento del dólar frente al Euro. Tras las agresivas bajadas de tipos de interés por parte de la FED en las últimas semanas, lo “lógico” hubiera sido una nueva caída de la divisa norteamericana. Como ejemplo de esta situación no estaría mal retroceder al 2001 y ver lo que pasó una vez que Estado Unidos empezó su rebaja agresiva de las tasas de interés, ya que su economía se dirigía a la recesión. El dólar, en vez de depreciarse, se apreció. Por cierto, hay tener en cuenta un “factor disímil” en la situacion actual respecto de la pasada, es decir que en aquella época el Banco Central Europeo (BCE) era firme defensor de no bajar las tasas de interés y fíjense dónde acabaron dos años después. ¿Volvera a reaccionar nuevamente, de forma similar, Europa?. La experiencia es tan variable en cuestiones economicas e históricas porque los seres vivos u organismos vivos, a diferencias de las moleculas o los atomos, aprenden y recuerdan lo que paso la vez anterior y entonces ante lo mismo “reaccionan distinto”. Tambien hay que ver cuan inteligentes son los europeos, yo defino la inteligencia de acuerdo al número de veces que alguien tiene que tropezar con la “misma piedra”, si con una sola le basta, es un genio, si necesita tres veces el mismo error para convencerse, tal vez sea una persona normal, si necesita diez, directamente es un pelotudo sin remedio. En fin. Hay otra situacion comparable: Japon 1990 y EEUU 2008. Tras un tras un auge de veinte años, desde 1990, la economía nipona entró en recesión hasta inicios de la década actual. Como hoy en Estados Unidos, todo empezó con una violenta caída de precios inmobiliarios. El ingrediente financiero de esa crisis no fue la ola de iliquidez vivida desde 2007 en Occidente, sino el colapso de bancos y cajas de ahorro provinciales. Por entonces, en Tokio, gobierno y baqueros tardaron mucho más que sus émulos norteamericanos de hoy en admitir la crisis. Malos préstamos e hipotecas se acumulaban, pero en un contexto cultural poco apto para reconocer desastres a tiempo. Las turbulencias bursátiles sacudían la economía real, en tanto caían el crecimiento y el gasto de las personas. Al revés de EE.UU, el público japonés es adicto al ahorro interno, pero renuente a comprar o invertir en situaciones inciertas. El derrumbe de 1990/1 duró casi decenio y medio. Una situación similar se cierne, como una sombra, sobre la economía norteamericana, sumida en una crisis de origen inmobiliario. Otra similitud es que también EEUU. parece abdicar de sus ventajas globales en materia de productividad y su motor, las inversiones en tecnología. Los gigantes de Silicon valley se inclinan por fusiones y adquisiciones como método para crecer. En Japón, la burbuja inmobiliaria se pinchó precisamente mientras China, Surcorea y Taiwán ascendían como grandes exportadores al oeste, en base a invertir todo lo que tenian en tecnologìa. El Banco del Japón (central) y otras instancias esperaron demasiado, o sea hasta principios de esta década, antes de adoptar recaudos para reactivar la economía. Los nortemaricanos suelen tener reflejos rápidos: la Reserva Federal demoró meses –no años- en notar que la doble crisis (malas hipotecas, iliquidez) se desbordada sobre la economía real. Recientes comentarios, indican que, Bernanke, su presidente, sabe que la reducción de intereses, sola, no alcanza. El auge de productividad norteamericana, iniciado a mediados de los 90 y ligado a la tecnologia tiende a aflojar. ¿Los yanquis tomaran conciencia rapidamente de esto y empezaran a aplicar una “politica proteccionista” al rededor de la tecnologia?. Ellos saben (o sabían) desde hace mucho que la tecnología es el oro de todos los tiempo. ¿Lo abran olvidado?. Esto es algo que los argentinos no lo pueden olvidar, nadie puede olvidar lo que nunca supo.

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