martes, 16 de octubre de 2007
La experiencia económica de Asia Oriental
Se pueden encontrar valiosas lecciones en la experiencia del este asiático, como el caso de Japón, que contradicen la tesis del Banco Mundial según la cual la apertura, la competencia internacional y la integración a la economía mundial son necesarios para lograr un crecimiento rápido y a largo plazo. ¿Cómo creció tan rápido Asia oriental?. Hoy existe consenso en cuanto a que los gobiernos de estos países tuvieron una intervención decisiva en todas las esferas de la economía para lograr un crecimiento económico acelerado y una rápida industrialización y, durante el curso de su desarrollo, estos países no tuvieron un sistema de mercado libre o flexible de productos internos o externos o de capital. Y si bien estuvieron orientados a la exportación, evitaron mantener una estrecha integración con la economía internacional en términos de importaciones, inversiones extranjeras directas y corrientes de capital. La experiencia de este tipo de países del este asiático contradice así una tesis central del Banco Mundial en cuanto a que es necesario tener mercados internos y externos libres, flexibles y competitivos para lograr rápidamente un crecimiento económico a largo plazo. Durante los períodos de crecimiento rápido, en lugar de una integración profunda o incondicional a la economía mundial, estos países buscaron una integración "estratégica". Se integraron en el grado que les convenía hacerlo para promover el crecimiento económico nacional. El momento y la secuencia de la apertura también fueron esenciales y pudo haber "pérdidas graves e irreversibles" si se hubiera intentado un tipo de apertura equivocada o el momento y las secuencias no hubieran sido las correctas. Es necesario que el gobierno cumpla un papel en la promoción del ahorro y la inversión por parte de las empresas y en la forma en que se usa el ahorro doméstico. La inversión extranjera directa (IED) no fue significativa en el desarrollo económico de Japón o Corea y, contrariamente a lo que sostienen los economistas del Banco Mundial, la falta de promoción de la IED por parte de los gobiernos de estos países pudo haber tenido efectos generales positivos, más que negativos. Al rechazar la inversión extranjera como medio de transferencia de tecnología, las empresas se convirtieron en las responsables de la asimilación de la tecnología importada, lo que provocó mejoras en todo el sistema.
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