Latinoamérica y la CEPAL

En el caso de las estrategias de industrialización basadas en la sustitución de importaciones aplicadas en América Latina, la protección de las nuevas industrias superaba lejos la presión para aumentar la competitividad. En América Latina, esta política empezó a aplicarse en el momento de la crisis de la economía mundial, cuando se desplomaron las exportaciones del continente y se desató un proceso espontáneo de industrialización para sustituir las importaciones que ya no llegaban. Recién después del término de la Segunda Guerra Mundial, la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) adoptó la estrategia de sustitución de importaciones como concepto de desarrollo para los países latinoamericanos. Pero para la CEPAL era improbable que los países en vías de desarrollo, sobre la base de exportaciones, pudiesen integrarse “activamente” en el mercado mundial, puesto que se esperaba un creciente deterioro de los términos de intercambio para las materias primas, y en el sector industrial el fundamento existente no era suficiente para poder aspirar a competir con los países industrializados. Este error de apreciación cargará siempre sobre los hombros de esa comisión, y será un motivo de eterno reproche y desprestigio. Para la CEPAL solo después de una amplia y prolongadísima sustitución de importaciones se generaría una competencia tecnológica y se podrían esperar exportaciones significativas de bienes industriales. Eso oriento la política industrial hacia una fuerte sobreprotección con carácter indefinido. Por supuesto, no sucedió, en la práctica, que una sustitución de importaciones de esas características, sentara la base para futuros éxitos en la exportación de bienes industriales. El no buscar como objetivo inmediato la competencia internacional, por considerarlo algo imposible, fue el motivo del fracaso de la estrategia de sustitución de importaciones liderada ideológicamente por la CEPAL.