Una diferencia

En los países desarrollados los giros intempestivos contrarios a sus intereses son algo prácticamente imposible. Un ejemplo reciente: en los Estados Unidos: Televisa falló en su último intento por adquirir la cadena televisora Univisión. Inicialmente, Emilio Azcárraga Jean trató sin éxito de aumentar su participación del 11% y, de hecho, comprar una mayoría accionaria de la corporación. Con la ley en la mano, las autoridades estadounidenses rechazaron el proyecto, señalando puntualmente que un ciudadano extranjero no puede detentar más de un 24% de un medio masivo de comunicación. Nadie en yanquilandia pensó en reformar la ley ni el carácter de las instituciones para dar acomodo expedito a una inversión extranjera por mas TLC, ni libre comercio, ni que ocho cuartos. Y por mas que el asunto fue más lejos pues Azcárraga Jean reunió a un grupo inversionistas, entre los que figuraba Bill Gates, y licitaron en la venta de todo Univisión, el resultado fue idéntico y la respuesta más simple: No se adjudica Univisión a Televisa por tratarse de un asunto de seguridad nacional. ¿Qué pasaría en México o en Argentina, todo en nombre del libre comercio?, se aprobarían las licitaciones a capitales extranjeros con o sin reformas.