miércoles, 16 de agosto de 2006

Sistemas Nacionales de Innovación

Estados Unidos, el país con el SNI posiblemente más desarrollado, destina el 2.4% de su PBI a la I y D. Esa enorme cantidad de recursos son aportados tanto por el sector público (42%) como por el sector privado (58%). Casi la mitad del aporte público a la I y D, se canaliza a través del sector privado; es decir que el sector privado, compuesto en su gran mayoría por empresas, aporta el 58% del gasto en I y D y, además, recibe otro 20% de fondos públicos. Vista la distribución sectorial, el principal destino de los fondos públicos destinados a I y D, en el año 1994, fue Defensa (59%), seguido de Salud (15%) y Programa Espacial (9%). La canalización de fondos públicos hacia el sector privado, para apoyar la I y D, se realiza según prioridades nacional. Es decir, hay sectores seleccionados como aviación, misiles, equipo eléctrico, vehículos a motor, instrumentos científicos y productos químicos, QUE RECIBEN RECURSOS PÚBLICOS. La selección parece responder al menos a dos criterios: defensa nacional (misiles) y competitividad respecto a empresas de la Unión Europea y Japón (vehículos, aparatos eléctricos, etc.). No hay duda que los países desarrollados aplican una política activa en materia de I y D. El fundamento teórico de esta intervención es antiguo y SE RELACIONA CON LAS IMPERFECCIONES DEL MERCADO, que conducen a un esfuerzo insuficiente en I y D, por parte de las empresas privadas, así como a un precio ineficiente cuando, como resultado de al investigación, se incorpora nuevo conocimiento. Lo que explica por qué EL ESFUERZO PRIVADO ES INSUFICIENTE CUANDO LA POLÍTICA PÚBLICA ES PASIVA, es la gran incertidumbre asociada a los resultados de la investigación. Es interesante indagar cuales son los instrumentos predominantes que utilizan los estados de los países desarrollados para apoyar la I y D de los sectores privados. En Estados Unidos predominan las exoneraciones y los créditos impositivos. En el otro extremo, en Italia, en Irlanda y en Holanda predominan los subsidios y los créditos blandos. Entre estos dos extremos se ubican varios países desarrollados - Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña - que combinan diversos instrumentos: subsidios, créditos blandos, garantías, aporte de capital de riesgo, exoneraciones y créditos impositivos, y otros. No hay, como puede verse, un único modelo de relación del sector público con el privado. Estados Unidos, por ejemplo, opta por el estímulo impositivo. El instrumento impositivo implica dejar de pagar o diferir el pago al Estado; el subsidio suele implicar un desembolso desde el Estado hacia la empresa y, por lo tanto, el destino eficiente y el procedimiento honesto deben ser cuidado con extremo rigor. Cualquiera sea el instrumento escogido lo que resulta claro es que la I y D es producto de un esfuerzo conjunto según el cual EL SECTOR PÚBLICO TIENE UNA PRESENCIA ACTIVA, tanto a través de investigación directa como apoyando, con recursos, a la que realizan las empresas. Es de notar, también, que el Estado asume un papel relevante en el impulso a la investigación básica.

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