domingo, 20 de agosto de 2006

Proposiciones sobre educación y desarrollo

Hay una cosa cierta: los países que cuentan hoy con alto nivel de renta están dotados de modernos sistemas educativos. Ello no quiere decir que exista una relación de causa-efecto entre la educación y el desarrollo, ni que sólo la inversión en educación produzca el desarrollo económico. Los sistemas educativos son condición indispensable pero no suficiente para alcanzar el desarrollo deseado. La evidencia histórica respalda la opinión de que ninguno de los países altamente industrializados de nuestros días logró un crecimiento económico significativo antes de alcanzar la universalización de la educación primaria. Más aún, el ejemplo reciente de los nuevos países industrializados de la cuenca del Pacífico revela que iniciaron el despegue solo cuando habían logrado ya la total alfabetización de su población. En aquellas sociedades en las que aún no se han alcanzado niveles suficientes de alfabetización, ésta sigue siendo un prerrequisito del crecimiento económico. No haber traspasado el «umbral de alfabetización» constituye un serio obstáculo para el desarrollo. Aunque la relación entre alfabetización y desarrollo es compleja, la alfabetización universal es necesaria para un proceso de modernización económica y de cambio. Los países industrializados de Asia del Pacífico han demostrado que el protagonismo asignado al conocimiento puede producir un nuevo paradigma productivo: países pobres, sin mayores recursos naturales, han dado gran importancia a la educación y la han transformado en una gran ventaja competitiva en relación con otros países. El desarrollo económico no conduce de modo natural a la equidad, pero ésta no puede alcanzarse sin un desarrollo sostenido. La concepción de que primero debe ser el desarrollo con sus inevitables desigualdades, y luego la redistribución y la equidad, no ha sido confirmada por la realidad. La evidencia empírica nos ha revelado que no existe ninguna correlación entre desarrollo y distribución adecuada de los bienes y de los servicios. Más aún, en muchas sociedades actuales los efectos del desarrollo han sido la segmentación y la desigualdad. Muchas sociedades subdesarrolladas son sociedades duales: una parte de la población disfruta de los bienes del desarrollo y del empleo estable, mientras que otra, más o menos numerosa según los casos, aparece excluida y marginada. La inversión en educación aparece como la forma más efectiva a largo plazo de evitar la segmentación y de favorecer la integración social.

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