La innovación en las empresas

En Argentina la innovación empresaria se realiza principalmente a través de la adquisición de Maquinaria y Equipo (M+E). Dada la proporción de gasto en adquisición de maquinaria y equipo y el hecho de que más de un tercio de las empresas centra su actividad innovativa en la mera compra de tecnología incorporada, la devaluación del peso ha implicado un impacto fuerte en la capacidad innovadora. La preponderancia del gasto en maquinaria evidencia la adopción de tecnología incorporada en este capital innovativo, pero con un escaso esfuerzo de adaptación tecnológica, o sea, no solo no se aspira a crear tecnología, la desidia entre los empresarios es tal que ni siquiera se esfuerzan por adaptarse a los avances tecnológicos importados. De hecho, el gasto en I+D que permitirían la adaptación del capital es inexistente o muy bajo en muchas empresas que incorporan equipos. El objetivo final de los recursos invertidos en actividades innovativas es aumentar, obviamente, la rentabilidad de la empresa. Particularmente, las motivaciones de la innovación son el aumento de la calidad (innovaciones de producto) y la reducción de costos laborales (por medio de innovación en procesos). Ambos objetivos se ven reflejados en la rentabilidad de la empresa. No todas las actividades innovativas tienen igual impacto. Por ejemplo, la incorporación de hardware y software innovativo genera al menos tres veces más productividad que la adquisición de capital físico innovativo. En la practica se verifica que el gasto en maquinaria y equipo innovativo aumenta significativamente más la productividad CUANDO VA ACOMPAÑADO DE I+D, pero eso los argentinos no lo quieren entender, o no lo quieren creer o no se porque indolencia ancestral no les importa. Por otro lado, dejando a parte los factores psicológicos, dentro de los principales obstáculos económicos a la innovación para las empresas argentinas están: el financiamiento (principalmente para las PYMEs), el pequeño tamaño del mercado doméstico, los costos relacionados con la innovación, y en particular, los costos de capacitación para las PYMEs. También son obstáculos: los retrasos verificados en la incorporación y el uso de tecnologías de la información y telecomunicaciones (TICs), y cierto déficit de buenas prácticas gerenciales. Las empresas innovadoras requieren un nivel de capital humano alto. Esto no se debe sólo a los requerimientos de personal directamente aplicado a actividades de I+D, sino también al hecho de que la innovación implica una adaptación DE PARTE DEL TRABAJADOR COMÚN QUE REQUIERE DE ÉL CONOCIMIENTOS GENERALES Y ESPECÍFICOS PARA PODER LLEVARLOS ADELANTE, interpretarlos con rapidez e implementarlos eficientemente, es decir, nos faltan esos trabajadores comunes pero instruidos que una escuela primaria y secundaria de excelencia y obligatoria debe crear para ocupar no los cargos directivos de las empresas sino simplemente los subordinados. En fin, si estos recursos humanos no están disponibles es lógico que la actividad innovadora se vea afectada. Por lo tanto, los recursos dedicados a la innovación en las empresas argentinas son bajos y se encuentran restringidos exclusivamente a la incorporación de equipo con un escaso esfuerzo de adaptación. Así nos va...