sábado, 26 de agosto de 2006

Japón

Desde la Restauración Meiji, de 1868 en adelante el Estado nipón empezó el proceso de industrialización con el lema «país rico ejército fuerte». Japón iniciaba su proceso de industrialización en un entorno en que las potencias occidentales estaban colonizando Asia. Japón incluso fue forzado por EE.UU. a abrir su economía sumida por más de 220 años en un proceso de aislamiento nacional. El nuevo gobierno, en manos de los antiguos samurais, la tradicional clase guerrera japonesa, vio la necesidad de enriquecer al país y, al mismo tiempo, tener un ejército fuerte para resistir la arremetida occidental. Una de las primeras cosas que hizo el nuevo gobierno nipón para sacar al país de una situación de economía semifeudal, fue adoptar las modernas técnicas del capitalismo en uso en Occidente. El Estado en los primeros años de la Restauración mandó misiones de estudio a Europa y EE.UU., integrada mayormente por funcionarios del gobierno para ver la realidad económica de esos países y ver qué era lo más conveniente para Japón. Estas misiones sirvieron para traer lo mejor de las técnicas modernas de Occidente para la industria y la organización de un Estado moderno. Así, el sistema educativo fue adoptado de EE.UU., las técnicas de la manufactura de Inglaterra, la organización del ejército de Alemania, etc. No sólo eso, el gobierno también trajo muchos técnicos del extranjero para que enseñen a los japoneses cómo usar las modernas maquinarias en uso en Occidente. En esto el Estado gastó bastante dinero. Por ejemplo, en el año 1879 el Ministerio de Industria nipón tenía empleados 130 expertos extranjeros cuyos salarios representaban el 60% de los gastos fijos del Ministerio. Pero los japoneses aprendían rápido y a fines de ese siglo no quedaban expertos extranjeros en el país. El Estado japonés también estableció al comienzo del período Meiji algunas «fábricas modelo» en las ramas de la industria del vidrio, textil, cemento, etc. para introducir la tecnología moderna. Estas fábricas fueron vendidas al cabo de algunos años al sector privado. El Estado durante los primeros años de su modernización no pudo imponer, por ejemplo, aranceles altos para defender su industria nativa (esto sucedía pues los Tratados internacionales que firmó al comenzar la Restauración Meiji le comprometieron a aplicar aranceles muy bajos a los productos extranjeros). Los aranceles altos son un tradicional instrumento de política industrial. Sin embargo, en 1911 al recuperar su capacidad de imponer aranceles propios, usó esta medida para proteger su industria. Un caso claro de esto se dio en la industria del acero, donde el Estado nipón prácticamente creó esta industria, estableciendo la primera fábrica moderna de acero, la «Yawata Iron Works», que empezó a producir en 1901, y después dando una serie de medidas para que ésta crezca, como desde 1911 cuando impuso altos aranceles al acero importado. Otro caso de activa protección es en el desarrollo de la industria del automóvil, cuando en la década de 1930 dicta medidas que forzaron la salida de Japón de la fábricas de General Motors y Ford, que dominaban en ese momento su mercado interno, permitiendo el desarrollo acelerado de Toyota y Nissan. En la década de 1930 cuando los militares prácticamente toman el control del país el Estado protege fuertemente su industria nacional, especialmente la de acero, barcos, automóviles, aviones, en un esfuerzo por prepararse para la guerra a la que se lanzó en la Segunda Guerra Mundial. El Estado se convierte en el mayor comprador de la producción de esas industrias. La Segunda Guerra Mundial termina con la derrota de Japón en 1945. El Estado durante los primeros años siguientes también ejerce un fuerte control de la actividad económica a través del manejo de las escasas divisas disponibles. Japón queda en un estado calamitoso y al carecer de materias primas propias tiene que importar casi todo. El Estado privilegia el desarrollo de la industria del acero, petroquímica, naviera, a través del control de los permisos que las empresas privadas necesitaban para usar las escasas divisas. En los años 60 y 70 con la economía japonesa en crecimiento las industrias tradicionales ya no requieren del apoyo del Estado. Pero aquí el gobierno nipón se plantea el desarrollo y promoción de nuevas industrias. En lo que se ha dado en llamar «Política Industrial y Comercial Estratégica», para desarrollar industrias de alta tecnología, el Estado promociona el desarrollo de las industrias de computadoras y de semiconductores, por ejemplo. Esa política ha servido para posicionar a Japón como líder en esos campos.

No hay comentarios.:

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...