martes, 8 de agosto de 2006

Educación y tecnología

Innumerables ejemplos saltan a la vista de cómo estas dos herramientas, educación y tecnología, generan “la riqueza de las naciones”. El código digital, por ejemplo, ha impulsado y permitido un cambio veloz en el desarrollo de las economías, y pocos países comprendieron este cambio, pero los que sí lo entendieron, como Finlandia, Singapur y Taiwán, se hicieron ricos. En 1938, el país con mayores ingresos per cápita era... Filipinas, si, no leyó mal, Filipinas. En 1954, según el Banco Mundial, el país con mayor futuro era... Birmania. Los dos mantuvieron viejas economías agrícolas. Los dos quedaron al margen de la revolución digital y los dos son miembros activos hoy del “club de los países pobres”. ¿No se podría decir lo mismo de la Argentina?. La falta de conocimientos tecnológicos es el motivo por el cual la brecha entre los países más ricos y más pobres crece tan rápidamente. Hoy la brecha entre lo que produce un país rico y un país pobre, es decir, entre un educado y un analfabeto, es de 427 a 1. Hoy la economía es conducida por la tecnología. En el año 1200 Camboya era uno de las países mas ricos del mundo, en el 1500 Perú y México asombraron a los europeos con su riqueza; en 1960 la Suiza de Oriente Medio era El Líbano y la de África, Uganda. En la actualidad, esos países exhiben niveles de pobreza y desigualdades inimaginables, porque sus gobiernos no han entendido que la tecnología les impacta a diario y cambia su futuro. Algo similar ha ocurrido en América. En el año 1800, los cubanos y argentinos eran más ricos que los... estadounidenses, pero Estados Unidos educó a su población, construyó infraestructura, acumuló capital y adoptó métodos de alta tecnología que permitieron aumentar los niveles de producción y productividad; y a pesar de una guerra civil que acabó con la vida de más de 600 mil personas, Estados Unidos empezó a adquirir en un poder económico impresionante. En Japón pasó algo similar, la isla se aisló del mundo y se centró en controlar a su gente, había pocos incentivos para estudiar o aprender, hasta que en 1853 el comodoro Matthew Perry obligó a los japoneses a enfrentar el mundo moderno. Japón tardó cerca de un siglo en ponerse al día. En 1935 la diferencia entre lo que producía un japonés y un mexicano o un brasileño era mínima. Para 1960 la etiqueta “Hecho en Japón” era un sinónimo de mala calidad, pero a diferencia de gran parte de Latinoamérica, Japón finalmente entendió el valor de la ciencia, la tecnología y la educación. Hoy en día, un japonés produce 5 veces lo que produce un latinoamericano. No cabe ninguna duda que la educación y la tecnología son las armas que utilizan las sociedades para ganar bienestar y para convertir sueños y utopías en metas realizables. ¿Por qué el argentino medio no es capaz de entender algo tan evidente?.


No hay comentarios.:

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...