La clave: proyectos biotecnológicos

Partiendo de países como Alemania, Dinamarca o Francia –como también de Australia o Nueva Zelanda-, una creciente cantidad de esas compañías biotecnológicas marchan a EE.UU. en pos de mejor acceso a fondos. Únicamente los inversores estadounidenses pueden aportar las decenas de millones requeridas para llevar a cabo ese tipo de ensayos químicos. Por ejemplo, cuando Escocia inyectó nueve millones de dolares en la biotecnológica Cycladel, un ministro dijo que era vital para el futuro del país. Meses después, la firma se muda a Estados Unidos y se fusiona con una empresa de allá. Esto sugiere que es el dinero, no los productos, lo que define las ventajas competitivas de EE.UU. en un campo que es, potencialmente, una clave del siglo XXI. Sin embargo, la mayoría de quienes emigran se limita a establecer oficinas chicas, dejando los laboratorios en su tierra de origen. Por ejemplo, los 65 investigadores de Cycladel continúan en Dundee y Carnbidge, debido a sus FUERTES VÍNCULOS CON AMBAS UNIVERSIDADES. Durante mucho tiempo EE.UU. ha liderado en biotecnología. Pero, cuando se trata de emprendimientos científicos, otros países van alcanzándolo. En 2005, la UE tenía 1.600 compañías del sector, contra 1.400 de EE.UU. Hace diez años, los europeos eran apenas 580 y los norteamericanos sumaban 1.300. Las empresas de la UE son generalmente más pequeñas: 45 personas en promedio cada una pero su problema es que a menudo carecen del capital para ir más allá de las primeras fases en investigación y desarrollo (I + D). El año pasado, consiguieron apenas US$ 3.300 millones en conjunto, frente a 16.000 millones en EE.UU. Como término medio, las firmas norteamericanas gastaron en I + D tres veces más que las europeas y su acceso al financiamiento vía emisión de deuda –bonos- es diez veces mayor. Todo eso explica la emigración cruzando el océano. BioVex Group. de origen ingles, se mudó a Massachusetts e inició ensayos clínicos porque le es más fácil obtener capital ahí pero mantiene los laboratorios en Gran Bretaña. A pesar de todo, en 2005 y como dato contradictorio a esta supuesta accesibilidad del crédito yanqui para los proyectos tecnológico, por vez primera, la cantidad de compañías biotecnológicas ingresada a bolsas europeas (23) sobrepasó la de firmas norteamericanas (13) inscriptas en las suyas. Como ven, la clave de todo esta en la financiación de los proyectos de investigación tecnológica. Quien se atreva a apostar ahí se llevará la recompensa. Mientras tanto nosotros seguimos esperando la carroza discutiendo si el Estado debe o no darle créditos a las empresas innovadoras de perfil tecnologico... En fin, como decía un viejo cómico uruguayo: el que nace para pito nunca llega a trompeta.........