domingo, 23 de julio de 2006

India: sus fragilidades

El crecimiento del PIB, debido principalmente por tanto a factores de demanda, se ha basado en un fuerte endeudamiento público y privado, propiciado por los bajos tipos de interés y por el aumento del crédito. La proporción de la deuda total (pública y privada) en el PIB pasó del 90% en 1999 al 125% en 2005. El crecimiento se ha manifestado también en un empeoramiento rápido del saldo exterior. Entre 2002 y 2005 las exportaciones de mercancías han crecido a una tasa anual media del 23 % pero la correspondiente a las importaciones fue del 28 %. Así, EL DÉFICIT COMERCIAL SE HA TRIPLICADO EN DOS AÑOS (de 13.000 millones de dólares en 2003 a 39.000 millones en 2005) no sólo por el incremento internacional de los precios del petróleo sino también por el aumento de las importaciones de bienes de consumo, de capital e intermedios inducido por el auge de la demanda interna. El saldo de la balanza por cuenta corriente, que fue positivo en 2003, pasó a ser ligeramente negativo en 2004 y fue deficitario en 17.000 millones de dólares en 2005. Otra manifestación del crecimiento rápido ha sido que las presiones inflacionarias se han intensificado, pese a que el Gobierno intentó contenerlas hasta junio de 2006. Entre 2002 y 2005 el crecimiento del índice de precios al por mayor pasó del 3,4% al 4,5%. India tiene como problema el creciente déficit corriente y, sobre todo, el hecho de que ese desequilibrio descanse en un muy elevado déficit presupuestario y de que se financie, en buena medida, con CAPITAL EXTRANJERO VOLÁTIL. Existe un riesgo importante de que el país se vea muy afectado por un eventual cambio de dirección en los flujos de capital, por ejemplo, si hay un aumento más rápido de los tipos de interés en EEUU, la UE y Japón o si se extiende entre los inversores el temor a una desaceleración generalizada del crecimiento en la economía mundial en general y en las economías emergentes en particular. Con todo, es cierto que la India ha acumulado una cantidad importante de reservas en divisas que hacen que su vulnerabilidad es ciertamente menor que la que precedió a la crisis financiera de 1991. India necesita aumentar sustancialmente la inversión en infraestructuras. En 2005 la inversión en infraestructuras de la India ascendió a 28.000 millones de dólares (3 % del PIB), mientras que la de China alcanzó los 200.000 millones (9% del PIB). La insuficiencia y la mala calidad de las infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos de mar, generación y distribución de energía, etc.) explican, entre otras cosas, que la inversión directa sea tan baja (6.000 millones de dólares en 2005, diez veces menor que la que recibió China). La pobreza en India del 54 % de la población total en 1981 pasó al 34 % en 2001. El descenso ha sido mucho menos rápido que el de China, cuya pobreza se redujo del 63 % en 1981 al 16 % en 2001.

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