miércoles, 19 de julio de 2006

Crecimiento y educación

La educación pública de las primeras épocas en los EE.UU. fue el factor que inició su era de hegemonía económica. A la inversa, los crecientes déficits en el intercambio comercial y los estancados niveles de vida de la actualidad se deben a un sistema educativo en deterioro en ese país. El éxito japonés y el alemán en los mercados de exportación se debe a la superioridad de sus sistemas educativos. Por muchos años los países en desarrollo hacían énfasis en la necesidad de capacitar un grupo selecto científico y tecnológico, pero eso no es suficiente. Hoy sabemos que las deficiencias educativas y de habilidades entre LOS TRABAJADORES DE NIVEL MÁS BAJO, directamente involucrados en la producción y en la agricultura, han constituido un obstáculo fundamental al desarrollo económico. Empíricamente, una mayor educación se veía asociada con un mayor crecimiento, pero ¿por qué?. El capital humano, así como el capital físico, puede considerarse como insumo de producción que puede ser acumulado. La capacidad competitiva y la tasa de crecimiento de un país están íntimamente relacionadas con la proporción de la población que recibe educación. La sociedad, en su totalidad, se beneficia de la educación de sus individuos más que los individuos mismos. Librados a su propio criterio, los individuos invertirían en educación menos de lo que sería socialmente óptimo. Por lo tanto, hay que subsidiar la acumulación de capital humano. La introducción de una nueva tecnología transforma radicalmente el ambiente de producción. Los trabajadores calificados difieren de los no calificados en su capacidad para funcionar dentro de este nuevo ambiente donde la adaptación a nuevas tecnologías es necesaria. Al proporcionar educación básica, un país acelera los beneficios dinámicos derivados de los aumentos de productividad por la introducción de nuevas tecnologías rápidamente aprendidas y dominadas por el trabajador común. La propagación de la educación primaria se traduce en una mayor productividad en la agricultura y en las empresas familiares por medio de una mayor absorción de la nueva información y una adopción mas rápida de técnicas avanzadas. En las primeras etapas del proceso de desarrollo, la educación primaria debería recibir la mayor parte de los recursos para desarrollar un nivel crítico de habilidades básicas. La educación de una población de científicos de alto nivel debe estar en relación con la capacidad que tenga un país de absorber tanto las innovaciones tecnológicas como el grupo de científicos disponibles. La “sobreinversión” en educación terciaria puede ser perjudicial para el crecimiento económico de un país si no se relaciona con las capacidades tecnológicas de ese país y por lo tanto puede llevar al subempleo de la mano de obra de alta especialización. El enfatizar la educación terciaria sin una adecuada educación popular, por ejemplo, puede llevar a una sobreabundancia de estudiantes universitarios frustrados. El enfoque de planificación de mano de obra para capacitar solamente a personal de alto nivel no ha sido efectivo. Aún cuando los países en desarrollo puedan innovar tecnológicamente, se requiere UNA BASE ADECUADA DE EDUCACIÓN ENTRE LA POBLACIÓN EN GENERAL PARA ADOPTAR ESAS INNOVACIONES. La capacidad competitiva de una empresa, de una industria y de una nación, está relacionada por una parte con la combinación entre educación primaria, secundaria y terciaria, y por otra con la forma en que ésa se relaciona con el nivel de desarrollo y del estado de la tecnología

Fuente: iacd.oas.org


1 comentario:

Abuelo Económico dijo...

...y por casa como andamos es la gran pregunta, no?

No hace falta hacer un profundo estudio para descubrir nuestras falencias en el tema educativo y sus consecuencias sociales y económicas.

En buena medida, nuestra educación sigue siendo al "estilo Sarmiento", universalista, de educación básica, de integración y de igualación. No tengo el dato a mano pero recuerdo el rotundo éxito de Sarmiento que quedó plasmado en dos censos poblacionales, uno previo a su revolución educacional y uno posterior: la disminución de los índices de analfabetismo debe haber sido uno de los más grandes resultados jamás obtenidos, inclusive a nivel mundial.

Sin embargo hoy, en buena medida, la educación inicial sigue esos parámetros y no se logró adecuarse a los nuevos escenarios. Las necesidades pasan por otro lado y la educación no pudo o no supo adaptarse. Creo que le debemos a Sarmiento ese nuevo paso para no perder el tren que vos describís muy bien en tu post.

Entradas Relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...