martes, 13 de junio de 2006

La chispa de la que brotara la llama

La economía mundial ha crecido más de 4% anual promedio por 11 trimestres consecutivos; es el mayor nivel de crecimiento en 30 años. Este auge coincide con una inflación del 2% anual, virtual estabilidad, y en este nivel se ha mantenido en los últimos 10 años. El crecimiento es record, la inflación es baja, y esto ocurre cuando el precio del petróleo se triplicó en tres años. Sin embargo, hoy las bolsas del mundo se desploman. ¿Cómo se explica esta contradicción?. La inflación baja ha sido posible por la duplicación de la oferta global de bienes que produjo la incorporación de China, India y los países del exbloque comunista de Europa Oriental al mercado mundial. Es la mayor ampliación del mercado mundial desde la Revolución Industrial de 1780. El resultado es una caída generalizada de los precios de los bienes, sobre todo industriales por un aumento formidable de la oferta. Otro fenómeno que explica esto es la hiperliquidez global que genero Greenspan cuando el estallido de la “burbuja tecnológica” en el 2001 al reducir drásticamente las tasas de corto plazo, y las llevó del 5% al 1% anual. Como la Reserva Federal actúa como banco central mundial, las tasas de interés de corto plazo de los países centrales cayeron en el 2003 al menor nivel histórico, y se mantuvieron allí hasta junio del 2004. De manera que el aumento de la oferta y disminución del costo del dinero explica este crecimiento. Pero ahora las bolsas caen. ¿Por qué?. Lo que está impulsando la caída de las bolsas es el aumento de las tasas de interés en las economías desarrolladas. Los operadores bursátiles dicen que lo que encendió las actuales huidas bursátiles fue el último aumento de las tasas de interés en Estados Unidos (la Reserva Federal, Fed, subió la tasa a 5% el 10 de mayo) y la posibilidad de que la tendencia al alza en las tasas continúe. Mientras tanto, el Banco Central Europeo aumentó sus tasas de interés en un cuarto de punto a 2,74%, mientras que los inversionistas anticipan que el banco central de Japón comenzará a elevar sus tasas en los próximos meses. El dinero baratos y fácil se terminó. Las tasas bajas y el abundante crédito animaron a los inversionistas a buscar activos con mayores riesgos, como las acciones y los bonos de los mercados emergentes. La campaña de aumento de tasas en Europa y Estados Unidos también presagia una posible reducción en el crecimiento económico global. Las caídas de las bolsas se vinculan con el temor de los financistas de que Estados Unidos se esté encaminando hacia una desaceleración económica en un contexto de inflación creciente. El pánico de los inversores es que las economías desarrolladas, empezando por la estadounidense, se desacelere en los próximos meses, en un marco de tasas de interés en ascenso. Bajo la incertidumbre de un nuevo escenario internacional, los inversores se refugian en los activos más conservadores (bonos del Tesoro americano) y venden los más riesgosos (bonos y acciones en América latina y en otras plazas). ¿Pero cual es la chispa de la que brotará la llama?: el enfriamiento del mercado inmobiliario estadounidense. Un desplome del valor de los inmuebles podría generar una caída del consumo y la demanda en EEUU sostenida por el aumento de créditos garantizado por esas propiedades. ¿Entienden?. Los yanquis, para especular, se endeudaron para pagar inmuebles pensando que estos iban a subir de valor, pero si el valor de los inmuebles se desploma los créditos para pagarlos subsistirán para colmo con altas tasas de interés. De allí a la recesión no hay un largo trecho.

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