jueves, 18 de mayo de 2006

Modelo de desarrollo

El modelo de la “generación de 1880” consistió en la incorporación de la Argentina al mercado mundial, abasteciendo de carnes y granos al Imperio Británico. En torno a ese eje, se estableció un sistema extensivo de explotación agropecuaria, con tecnologías avanzadas para la época; se constituyó un esquema de financiamiento, basado en la diferencia entre costos locales y precios internacionales; se proveyó de la mano de obra necesaria, con la inmigración masiva y la instrucción primaria generalizada; se construyó una extensa red de transportes ferroviarios, y se habilitaron silos y puertos. El gobierno, en una primera etapa, quedó en manos de los grupos oligárquicos terratenientes ligados al interés británico; en una segunda fase pasó al partido mayoritario, el radical, en el que predominaba la clase media, que no era la beneficiaria directa del sistema agropecuario predominante pero no intentó alterarlo. Cuando existió el riesgo de cambios más profundos, con motivo de la profunda crisis internacional y nacional de 1930, la oligarquía retomó el gobierno con un golpe de Estado. El modelo conservador intervensionista: en los años ‘30, el gobierno surgido del golpe afirmó un nuevo modelo conservador, con medidas de fuerte intervencionismo estatal. La crisis obligaba a la utilización de un instrumental de política económica muy diferente del estrictamente liberal; fue la época del salvataje de empresas agropecuarias e industriales afectadas por la crisis y de renegociación de vínculos con Gran Bretaña. Se implantaron el control de cambios y el impuesto a la renta; se fundaron el Banco Central y el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias; se reguló el comercio exterior y se creó un régimen de juntas reguladoras de la producción y comercialización de los principales productos (granos, vinos, yerba mate, carnes y algodón). En el plano político, como no tenía el voto de la mayoría, implantó un sistema de fraude electoral, por el cual en el día de las elecciones se ejercían el fraude y la violencia necesarios para que ganara el partido oficialista, y se respetaba la vigencia de las libertades públicas el resto del año. Los principales grupos de apoyo social fueron los terratenientes, los exportadores agropecuarios y los intereses ligados a Gran Bretaña. El modelo peronista de 1946-1955: sus objetivos fueron la industrialización del país y prevalencia del mercado interno. Su ejecución fue dirigida por el Estado, que la financió con la apropiación de una parte del excedente agropecuario. La mano de obra provino de una importante migración interna hacia los centros industriales; asimismo, existió una significativa inmigración externa, de Italia y España. Cumplió un proceso de recuperación del patrimonio nacional (estatizó el Banco Central, el comercio exterior, los servicios públicos y las fuentes de energía) y canceló la deuda externa. Fue apoyado por la clase obrera y los empresarios nacionales medianos y chicos; electoralmente, contó con el voto de importantes grupos de la clase media, sobre todo su sector más pobre. El desarrollismo: después del primer impulso industrializador realizado por el gobierno peronista (1946-1955), el desarrollismo (1958-1962) intentó una modernización basada en la profundización y diversificación de la industria. Para ello intensificó la industria pesada y comenzó importantes obras de infraestructura. Se planteó como objetivo el desarrollo económico nacional y regional, con eje en la industria. Sólo pudo cumplir en parte con sus objetivos, porque fue depuesto por la presión militar y de los intereses oligárquicos radicionales. El modelo neoliberal se inició en 1976 tuvo como objetivos la modernización regida por el neoliberalismo, con fuerte vinculación internacional, en especial con Estados Unidos. Sus instrumentos fueron la apertura de la economía, en lo comercial y en lo financiero; la estructuración de un fuerte sector financiero; la sobrevaluación del peso; la elevada tasa de interés; y el alto endeudamiento externo; eran también instrumentos de la política antiinflacionaria. Este modelo fue sostenido por el sector financiero, las trasnacionales y los empresarios nacionales grandes; además, contó con la aquiescencia de una parte de la “mayoría silenciosa”, que pudo viajar y comprar productos importados gracias a la “plata dulce”. El modelo que yo propongo es el siguiente: preparar todo el país en función de un modelo de exportación basado en el ciencia. La Argentina debe exportar tecnología, por ello hay que invertir en investigación científica. Todo el poder a las universidades y laboratorios que hagan investigación: el presupuesto debe ir a parar ahí a manos llenas. Todo el sistema bancario debe estar armado con el fin de financiar los productos de los procesos de investigación. Todo el sistema educativo debe estar orientados en post del objetivo estratégico de hacer ciencia y exportar productos científicos. El funcionario mas importante del país después del propio presidente debe ser el director de la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas.

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