lunes, 27 de febrero de 2006

¿Qué piensa Jorge Gaggero?

En 2005, la recaudación del IVA sumó $ 36.853 millones y la de Ganancias, 28.045 millones. Queda claro: EL CONSUMO PAGÓ MÁS IMPUESTOS QUE LA RENTA. En otras palabras, el tributo que afecta más a los que menos tienen representó mayor ingreso para el Fisco que el que pagan sobre todo las empresas. Otro dato más de ese enfoque impositivo: mientras están exceptuadas de Ganancias las rentas que se obtienen en la Bolsa, los plazo fijo o los bonos, crece, debido a la inflación, el número de asalariados alcanzados por ese impuesto. Los especialistas en impuestos coinciden que es el momento oportuno para un reforma integral de la tributación.. "Este es el momento ideal para empezar a mejorar en serio nuestra estructura impositiva", dijo hace un año el economista Jorge Gaggero, quien posiblemente integre el equipo de trabajo que la llevará a cabo, "la Argentina tiene uno de los esquemas más regresivos del mundo, y los parches de nuevos impuestos que se agregaron en los últimos cuatro años de crisis lo hicieron todavía más injusto y distorsivo". La buena marcha de la recaudación permiten pensar en reformas de largo plazo, algo que no ocurría en los años de recesión, cuando toda la atención se la llevaban los incendios del día a día. Si antes de la crisis los tributaristas consideraban al sistema impositivo local como un Frankestein, tras cuatro años de recesión, en los que se crearon nuevos impuestos distorsivos, la nueva figura podría ser la de un Frankestein desfigurado. “Los impuestos 'no tradicionales', como cheques o las retenciones, sirvieron para cubrir la caída de los tradicionales, como IVA o Ganancias", dice Gaggero. Uno de los motivos por el cual aumentó la recaudación se debió al denominado "impuesto inflacionario", que hizo que LA SUBA DE PRECIOS SE TRASLADARA A UNA MAYOR RECAUDACIÓN gracias a que la estructura tributaria local descansa en gran parte en IMPUESTOS AL CONSUMO. El resto del aumento se debe al aporte de las retenciones y del impuesto a los cheques. Mientras tanto, los que tienen plata y tienen que pagar el impuesto a las ganancias, no se hacen cargo de ninguna crisis como siempre en este pais. Un estudio de 1997 demostró que mientras que la presión impositiva (calculada sobre el ingreso disponible) es del 33% en el decil más pobre de la población, llega al 25% en el decil más rico. Hoy se calcula que la regresividad actual es todavía mucho mas marcada. Los motivos son varios: el impuesto inflacionario castiga a los más pobres y el impuesto al cheque entra de lleno en la estructura de costos de las empresas, con lo cual lo terminan pagando los consumidores. El club de los tributaristas suele hablar bastante mal de los ministros de Economía, a quienes se acusa generalmente de saber poco de impuestos, y menos de administración tributaria. A Cavallo le debemos absurdos tales como el permiso para que se pudieran pagar impuestos con bonos estatales devaluados, que benefició a las grandes empresas que de todas formas hubieran pagado. Con Kichner, en cambio, el club de los tributaristas tiene un enamoramiento tal vez más intenso. Desde el inicio de la democracia, ningún Presidente puso tanto énfasis en la necesidad de mejorar la estructura de impuestos y de avanzar en la lucha contra la evasión. Además, Kirchner entiende un viejo reclamo del club: que la evasión no se combate sólo desde la AFIP, sino desde todas las dimensiones de Gobierno.

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