martes, 21 de febrero de 2006

Lavagna y Miceli: comparación

Si bien la política económica de fondo no ha cambiado, existen sugerentes diferencias entre Lavagna y Miceli. La política económica actual se parece mucho a la que dejó Lavagna, aunque no es un calco. Primero, hay ahora un Ministerio de Economía más dedicado a los temas microeconómicos, especialmente a aquellos relacionados con la inflación. Miceli dedica una buena parte del tiempo a los acuerdos de precios. Cuesta imaginar a Lavagna discutiendo con los gerentes el precio de la leche descremada, el champú o las galletitas. Si todos sabemos que esos acuerdos sirven de poco ¿por qué Miceli malgasta tanto tiempo en ellos?. ¿Será una pose para la “foto”? ¿Una foto que agrada a la población?. Miceli tiene menos injerencia de los que tenia Lavagna en algunos debates y proyectos. Miceli no tiene capacidad de impulsar (como si tenia Lavagna) ciertos temas y de frenar otros. En cambio, Lavagna solía exceder los límites del Ministerio que conducía y esto le granjeaba enemistades con algunos de sus colegas de gabinete. Peor, él lo hacía consciente de sus riesgos: así, por ejemplo, tuvo injerencia en el diseño de los cambios en los planes sociales y en la redacción de la nueva Ley de Riesgos de Trabajo. Esto no es así ahora. El Ministerio de Trabajo diseñó en soledad el proyecto de modificaciones para el sistema de ART, que será bastante diferente del que impulsaba Lavagna. En la discusión con los gremios por los salarios y el mínimo no imponible de Ganancias intervinieron los ministros de Vido (investigado por la justicia por coimas) y Tomada. Miceli brilló por su ausencia. Kirchner (que no esta investigado por la justicia, pero lo estará: ¿dónde están los dólares que giró al exterior?) decidió aumentar el mínimo no imponible de Ganancias. Luego le pidió a Miceli “sugerencias”, que desde luego, no serán tenidas en cuenta. La decisión esta tomada. A Miceli no le faltan convicciones, por ejemplo, le ha dado más importancia al análisis de las cadenas de valor y a la lucha contra la concentración de mercados. Lavagna venía subestimado el problema inflacionario, mientras que Miceli —impulsada por Kirchner— se dedicó de lleno a él con la firma de los ya famosos “acuerdos de precios”. Miceli y Lavagna están de acuerdo en mantener el dólar alto, pero entre ambos hay casi 10 centavos de diferencia. Con Miceli, el tipo de cambio pasó de 3 pesos a casi 3,10, por el efecto de las compras del Banco Central para recuperar reservas. Lavagna no hubiera indexado el dólar, justo cuando se trata de frenar la indexación de la economía. Lavagna anunció el fondo anticíclico y Miceli lo confirmó, pero ahora aparecen algunos nuevos egresos que se pagarán con ese fondo. Por ejemplo, los aproximadamente $ 500 millones del aumento del mínimo no imponible de Ganancias. Lo mismo cabría preguntarse sobre los mayores recursos que demandará la reforma de los planes sociales. No es poco dinero: calculan hasta $ 1.000 millones anuales o incluso más. A la prórroga de promociones industriales provinciales Lavagna la estaba frenando por que consideraba que habían sido mal otorgadas. Miceli en este tema espera ordenes superiores. Se supone a Miceli mas flexible que Lavagna en materia de salarios. Lavagna, consideraba peligroso ceder ante pedidos de aumento de salarios desmedidos y fue un firme opositor a los métodos de petición empleados por Moyano (un mafioso de cuidado a quien en el gobierno todos temen pero a quien Lavagna sabia ponerle cara de perro). Kirchner necesita a Moyano para evitar la anarquía en el reclamo gremial y salarial. En muchos temas lo ha beneficiado (obras sociales, ART) pero a cambio le pide que opere con moderación cuando se desarrollen las negociaciones colectivas. Kirchner cree que puede lidiar bien con Moyano, con concesiones y favores. Pero es evidente que sin Lavagna en Economía Kirchner esta solo a la hora de ponerle límites al temido jefe sindical.

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