jueves, 16 de febrero de 2006

La disyuntiva de China

Los líderes de China se debaten en una encrucijada: tienen que elegir entre perder a Iran como socio económico fundamental y proveedor de energía imprescindible para mantener un explosivo crecimiento económico o perder a EEUU como su mejor cliente que compra a manos llenas todo lo que exporta y en el cual deposita sus mayores ahorros en forma de bonos. ¡Que dilema!. Si pierde a Irán no puede crecer por falta de energía, si pierde a EEUU no podría seguir creciendo tanto por falta de su mejor cliente y guardador de sus ahorros. Habría que ver como puede sobrevivir mejor: sin Irán o sin EEUU. Algunos economista dicen que China puede vivir sin EEUU porque ese no es el único país en la tierra, esta el resto del mundo a quien le puede vender y quien le puede comprar. Ahora bien, sin petróleo (si este se lo apoderan todo los yanquis) no podría seguir vendiendo ni a EEUU ni al resto del mundo. De modo que la mejor opción estratégica para China es para mi cuidarse su aprovisionamiento de energía y sacrificar si es necesario a su endeudado cliente. China es un actor clave en la crisis como miembro permanente y poder de veto en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con asiento en la junta de gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Otra parte del asunto es que China teme que, defendiendo la intención de Teherán de continuar con su plan de desarrollo nuclear, estimule indirectamente a Corea del Norte para que haga lo mismo. Esto pondría en riesgo su seguridad teniendo a Corea del Norte como una amenaza para toda la región de Asia Pacífico. Por otra parte, como ya dije, ceder ante la presión de Estados Unidos para aprobar una eventual resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando los planes nucleares de Teherán podría significar el fin del estable y creciente suministro de petróleo iraní a China. Para China eso representaría una grave amenaza para el crecimiento económico del país, que es considerado un asunto de "seguridad nacional" por los nuevos líderes comunistas. China se convirtió en importador neto de petróleo en 1993, y las compras desde entonces aumentaron en forma acelerada. Hoy es el segundo mayor importador del crudo, y al menos 12 por ciento de sus adquisiciones proceden de Irán, de donde también prevé importar gas natural en el futuro cercano. Las eventuales sanciones de la ONU contra Teherán podrían acabar con valiosas inversiones de China. En Irán, a donde a las compañías estadounidenses se les prohíbe invertir más de 20 millones de dólares al año, las empresas chinas firmaron contratos a largo plazo por unos 200.000 millones de dólares. Si los yanquis toman invaden Irán lo primero que harán después es cortar el suministro a China. Pero ponerse claramente al lado de Irán podría marginar a China del resto de la comunidad internacional. Mientras, circulan las versiones de que Irán y Corea del Norte estarían cooperando activamente en investigación nuclear y desarrollo de misiles. Expertos señalan que Pyongyang habría asesorado a Teherán sobre cómo ocultar sus instalaciones bajo tierra para evitar las inspecciones y eventuales bombardeos. De manera que los chinos están en un verdadero dilema.

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