domingo, 26 de febrero de 2006

Kirchner, Moyano y la UIA

Así como en los noventa el 1 a 1 provocaba desempleo y recesión, en esta década el peso subvaluado genera inflación y demanda laboral creciente en algunos sectores, para los que inclusive ya no se encuentra mano de obra calificada. Está claro que la fórmula del actual tipo de cambio no se va a modificar y 3,09 parece el piso definitivo, si se tienen en cuenta las compras del Banco Central que rondaron los cien millones de dólares en ciertas jornadas de esta semana. Hay que recordar que la inversión está prácticamente autofinanciada con la rentabilidad que generó la licuación real después de la devaluación. Es decir, ESTAMOS CRECIENDO A TASAS CHINAS PERO SIN CRÉDITO. En este esquema la inflación va a seguir siendo el problema. Recientemente, cuando Kirchner comprobó que habían subido los precios, lleno de ira jupiteriana, llamó a Juan Forn, titular de Molinos y lo acusó directamente de no cumplir con la palabra empeñada. Los hombres de negocios, desde entonces, viven aterrados ante las amenazas telefónicas privadas y lo ataques públicos, que tanto unos como otros, vienen directamente desde la Casa Rosada. En cuanto a la inflación se nota que alimentos y bebidas es lo que más aumentó. Principalmente los productos frescos, QUE NO ENTRAN EN EL ACUERDO DE PRECIOS. Por otra parte, el efecto aftosa que provocó precios estables en los últimos días, se evaporó. Pasado el susto, se espera un aumento en las carnicerías, teniendo en cuenta que la carne en Liniers recuperó todo lo que había perdido. Si los gremios demandan aumentos por encima de las metas de inflación oficial y de productividad de las empresas, se corre el riesgo de una indexación. Es decir, los salarios no deberían aumentar más de un 16%. Esta cifra surge de la inflación pronosticada por el gobierno, 11% para este año, y de un incremento de la productividad que oscilará entre el 3 y el 5%. La gran incógnita son los trabajadores del Estado: ¿Cómo van a canalizar los reclamos de recomposición salarial vía representación gremial?. Para colmo el Gobierno muestra un superávit fiscal fuerte. Por eso los economistas dicen que la economía tiene sólo un ancla y esta se llama HUGO MOYANO. ¿Kichner también lo llamará personalmente para manifestarle su implacable enojo en caso de que Moyano haga pata ancha?. ¿Lo empezará a amenazar a través de los medios de comunicación usando el micrófono como arma?. Cuando la CGT aceptó postergar hasta abril los acuerdos salariales se consideró que se ganó tiempo, prácticamente cuatro meses. ¿Se ganó tiempo o se están generando mayores expectativas?. ¿Cuánto va a pedir Moyano en abril?. Ese reclamo va a servir de guía para el resto. La recuperación económica continúa, basada en la solvencia fiscal, en el tipo de cambio alto, y en una política comercial mucho más agresiva que la de la década del noventa. Es evidente que con el flujo de caja positivo, tanto del punto de vista externo como fiscal, no hay crisis inmediata en el futuro. Sin embargo, el único nubarrón fuerte que presenta el plan es la incógnita por el resultado de la pulseada entre Hugo Moyano y la Unión Industrial Argentina, ¿de que lado se pondrá Kirchner?.

Fuente: El Dia

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