domingo, 29 de enero de 2006

El crecimiento de Asia y el libre comercio

Ud. dice que es un hecho que hace años que economía nipona esta estancada o crece muy poco. Es como si su economía hubiera perdido el notable impulso a la innovación y el crecimiento. ¿Desde cuando sucede eso?
¿Desde 1973, cuando Japón llegó a un acuerdo con la OCDE, para liberalizar completamente el flujo de capitales?. ¿Es decir, Japón se estanco desde que le fue impuesto el “libre comercio”?. Las empresas que lograron hacerse fuertes con el proteccionismo sobrevivieron y crecieron, pero no aparecieron nuevas empresas y Japón se estancó. Lo mismo pasó con Corea Sur, que aplico la misma política de crecimiento de Japón, que era un ejemplo de desarrollo para los países del tercer mundo. Era la prueba de que una nación podía salir a flote y crecer, inclusive alcanzar el nivel de los países industrializados. En 1996 Seúl accede a la OCDE, la Organización que agrupa a los países más ricos del planeta. Seúl anuncia con orgullo que ha llegado al puesto número 11 en la economía mundial. No había pasado un año y ya el gobierno surcoreano se vio obligado a acudir al Fondo Monetario Internacional, porque el país estaba financieramente exangüe. Los países tienden a estancarse o quebrar cuando practican en neoliberalismo. El Banco Mundial y sus economistas neoliberales presentaron la exitosa experiencia exportadora de los 70 de Corea del Sur como modelo del libre comercio y el mercado libre por ellos predicado que los demás países en desarrollo deberían seguir. Eso es un DESCARADA mentira y esta en contradicción con los hechos comprobables. De mala gana estos especialistas debieron aceptar la intervención del Estado en el crecimiento económico, pero siguen aduciendo que el papel estatal y las políticas industriales no importan. El desarrollo y la industrialización alcanzados hubieran ocurrido de CUALQUIER MANERA. Pero cuando el Banco Mundial y el FMI impusieron las políticas neoliberales que si se cumplieron al pie de la letra en África desde mediados de los años 80, los efectos fueron desastrosos en esas frágiles economías. La verdad es que, la rápida y exitosa industrialización alcanzada por las economías del este asiático, sin precedentes históricos, se originó por la promoción por parte del Estado de políticas macroeconómicas de fomento a la inversión para sostener la confianza de los inversores; el fomento estatal de industrias identificadas a partir de una serie de criterios estratégicos, el establecimiento de fuertes vínculos entre las empresas industriales y el sector financiero de forma de promover la inversión productiva, el apoyo a los productores en pequeña escala a través de la inversión pública dirigida. El resultado de los hechos refutan claramente los argumentos neoliberales según los cuales la experiencia del este asiático se aproximó a lo que podría haberse esperado de un régimen de laissez faire en el cual una mayor eficiencia en materia de asignación posibilita una tasa de crecimiento más elevada. SIN UN PAPEL ESTATAL ACTIVO Y SIN LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO, las economías del este asiático no hubieran podido lograr un ritmo de acumulación de capital tan sorprendente, sin el cual el rápido ritmo de perfeccionamiento tecnológico, de diversificación productiva y de mayor competitividad internacional no hubiera sido posible. Los esfuerzos iniciales de industrialización estuvieron dirigidos a apoyarse en un mercado nacional cautivo de bienes finales. A determinada altura, las economías del este asiático combinaron una elevada protección a las industrias incipientes con una baja protección a las industrias ya establecidas. En los últimos veinte años, el BM promovió una política de desarrollo para el Tercer Mundo basada en la intervención mínima o nula del Estado. En la década del 80, los economistas del Banco "descubrieron" el milagro de Corea del Sur y lo presentaron como un caso de un "mercado libre" y una "economía abierta" que producía elevadas tasas de crecimiento e industrialización. Pero varios académicos serios, prestigiosos y objetivos "investigaron" la experiencia coreana y observaron que en el éxito se explicaba a través UN ESTADO MUY INTERVENCIONISTA. En el ámbito del Directorio del BM, el director ejecutivo de Japón cuestionó las cambiantes versiones anglosajonas del papel del Estado en la economía, y presentó un informe detallado del protagonismo del gobierno de su país en la promoción de la industria y el fomento del ahorro público, y su encauzamiento a través de políticas de crédito y tasas de interés diferenciadas. A pesar de la evidencia incontrovertible que hay sobre causas verdaderas del desarrollo económico, el BM se muestra firme en su rechazo a que exista protagonismo del Estado y se aferra a su línea rectora de privatización y liberalización. El Banco también argumenta que los méritos de la globalización y la privatización no deben ser objeto de debate, sino que es necesario persuadir a la gente a que acepte sin hacer cuestionamientos.

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