lunes, 2 de enero de 2006

China quiere producir todo

China pasará de ser la séptima potencia económica del mundo a ubicarse en cuarto lugar, por encima del Reino Unido, Francia e Italia. Los chinos estaban llevando mal su contabilidad y resulta que hicieron un recalculo de su producto bruto interno (PBI). Los chinos creían que tenían un PBI de US$ 1,67 billones a fines del año pasado -apenas por debajo de Italia-, pero haciendo bien las cuentas resulta que el PBI chino llegaba, entonces, a 1,97 billones. Ahora, con la expansión prevista del 9,4% para 2005, terminará en 2,16 billones, por encima de Francia e incluso del Reino Unido. China todavía quedará por debajo de Estados Unidos, Japón y Alemania. China es vista como una amenaza por diversas industrias y ahora para los servicios, que era el sector que estaba subestimado en el PBI del gigante asiático. Antes de corregir las cuentas se pensaba que la economía china estaba compuesta por un 54% de producción industrial y un 31% de servicios. Ahora se sabe que el sector terciario es mayor (40%). Las telecomunicaciones, el transporte, el comercio minorista, el negocio inmobiliario y los restaurantes pesan más de lo que se creía. No es que su sector manufacturero se haya achicado, sino que ha reducido su participación en el PBI, al 46 por ciento. El sector primario representa un 13% de la economía, y no un 15%, como se suponía. La revisión al alza del PBI chino muestra que la estructura económica es más razonable y saludable de lo estimado. Por ejemplo, se consideraba que su tasa de inversión bruta fija, superior al 50% del PBI, resultaba insostenible y que, por lo tanto, la tasa de crecimiento del 9% también lo era. El hecho de que la economía sea un 16% mayor de lo pensado demuestra que la relación entre la inversión y el PBI es inferior a lo calculado y, por ende, más sustentable. Como el sector servicios es mayor que lo estimado la sustentabilidad del crecimiento del gigante asiático le parece a los economistas mas firme de lo que se suponía. China es la segunda locomotora que empuja el crecimiento mundial, después de Estados Unidos. China es una aspiradora de capitales industriales pero necesita invertir en otros países para asegurarse el abastecimiento materias primas para satisfacer su ambición: la elaboración de productos terminados. China quiere producirlo todo. Claramente, la política de los chinos es hacer todo ellos y al que se resiste le ofrecen la opción de aliarse con un socio chino para instalarte allá. Así lo han hecho empresas brasileñas como la fabricante de aviones Embraer, la de indumentaria Hering o la de artefactor del hogar Gradiente. Los chinos no son neoliberales, no creen que China tenga que especializarse en las “ventajas comparativas” con que la naturaleza la bendijo, no, los chinos simplemente “fabrican” sus ventajas comparativas en todo lo que existe y que los demás pongan las materias primas.

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